Decir trabalenguas y hablar con lápiz en la boca sirven para mejorar la dicción

No hace falta que seas un experto en retórica para que expreses adecuadamente lo que deseás. Existen pequeñas prácticas de oratoria para mejorar y enriquecer tu vocabulario, entre ellas están decir trabalenguas y hablar con un lápiz en la boca.

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Muchos políticos y comunicadores, tal vez por nerviosismo, demuestran su ignorancia al hablar en público, pues en sus oraciones a veces no coinciden género y número. Por otro lado, hay personas que manejan bien la retórica y, por más que digan la mentira más grande del mundo, logran convencer de lo que te están contando.

Dirigirse al público sin miedo y llamar la atención a través de las palabras son cualidades que pocas personas adquieren con el tiempo. Escupí la papa de la boca que te impide hablar de una forma entendible; una buena técnica para mejorar la dicción es hablar o leer en voz alta teniendo algún lápiz entre los labios.

Intentá aprender, por lo menos, una palabra por día. Leer novelas, cuentos y textos ayuda bastante a que puedas enriquecer la lista de términos que usás. Las palabras poco conocidas demuestran a otras personas cuánto sabés, así que usalas correctamente. En un año podés agregar a tu vocabulario, aproxidamente, unas 300 vocablos nuevos; animate pues a ser un "letrado", pero primero buscá su significado en el diccionario.

No pienses que sos el único que sufre de pánico escénico; todos, en algún momento, pasamos por una situación de ansiedad en la que nuestras manos empiezan a sudar y nuestro corazón comienza a latir fuerte antes de que tengamos alguna exposición en la clase, una entrevista o presentación ante 500 personas. Es recomendable que practiques la técnica de relajación que más te guste, ya que el miedo es el peor enemigo a la hora de estar en un escenario.

Si te cuesta pronunciar adecuadamente algunas sílabas, los trabalenguas te ayudarán a que las practiques y, de paso, te sacarán alguna risa si te confundís e intentás destrabalenguarte. Modular el tono de voz, velocidad, respiración, articulaciones y silencios son aspectos claves cuando necesites compartir alguna información a mucha gente.

Todo es cuestión de actitud y superación. Nadie nace sabiendo montones de palabras rebuscadas. Podés ser etiquetado como la persona más tímida, pero con el tiempo sorprenderás a todos con las habilidades de comunicación que aprendiste para mejorar tu dicción.

Por José Peralta (19 años) 

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