Reinaldo, un poblador de la compañía San Jerónimo del departamento de Misiones, cuenta que se inició en el mundo de la escultura a los ocho años, cuando su primo Patricio Rotela se ofreció a enseñarle este arte. “Él tenía un taller cerca de casa, ahí fue donde aprendí a dibujar”, agrega. Así también, recuerda que su primer diseño fue la escultura de un ñandú guasu.
Con la ayuda de su padre obtuvo su materia prima de una cantera que se encuentra detrás de su casa. Además de esto, solo necesita una amoladora, un martillo y una varilla de hierro para hacer una verdadera obra de arte.
El joven dice que, en principio, le costó mucho realizar los dibujos sobre la piedra, pero que fue experimentando y con la práctica iba aprendiendo y mejorando cada vez más. Por otro lado, explica que, luego de terminar el colegio, fue al cuartel y después volvió a su casa para dedicarse exclusivamente al tallado en piedra.
Además de estatuas, imágenes y banquitos, Reinaldo realiza revestidos de pared pilastra, sillas y juegos de mesa, que son comprados por compatriotas y extranjeros, y resalta que son las personas del exterior quienes más valoran sus obras. Comenta que compró un libro en el que se encuentran varios dibujos que le sirven de guía para sus trabajos. Asimismo, añade que los clientes muchas veces también llevan sus propios diseños.
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Por otro lado, relata que está enseñando el tallado en piedra a algunos jóvenes y por ello está necesitando un taller. “Solicitamos ayuda a las autoridades y hasta ahora no tenemos ninguna respuesta”, puntualiza.
Reinaldo finaliza diciendo que, por el momento, expone sus trabajos en su casa; no obstante, anhela poder salir y venderlos en otros lugares más apropiados. “Pido el apoyo por parte del Gobierno para que pueda mostrar mis obras y que tanto los paraguayos como los extranjeros conozcan y aprecien esta modalidad especial de trabajo artístico”, agrega.
Por Valeria Candia (19 años)
