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Existen creencias urbanas acerca de las donaciones de sangre en relación con las personas portadoras de algún tatuaje; hay quienes dicen que la tinta se queda en el torrente sanguíneo, lo cual imposibilita al cuerpo ser apto para la transfusión. Sin embargo, expertos explican que, después de cierto tiempo, las personas tatuadas sí pueden ser donantes.
El Dr. Óscar Echeverría, jefe de la Unidad de Medicina Transfusional del IPS, recomienda esperar un año desde la fecha en que se hizo el tatuaje con el fin de descartar cualquier tipo de enfermedad infecciosa que se haya podido adquirir.
Un tatuaje es una herida punzante en las capas profundas de la piel, que se llena con tinta; si el procedimiento se realiza de manera precaria, la persona corre el riesgo de contraer todo tipo de enfermedades infectocontagiosas, como el VIH, la hepatitis B y C, infecciones cutáneas bacterianas o dermatitis (irritación severa de la piel).
Lo más importante cuando se va a realizar un tatuaje o piercing es acudir a un lugar seguro y tomar las precauciones necesarias. Verificar que el estudio de tatuajes esté limpio y que todo el equipo que se va a utilizar sea desechable y esterilizado.
En la Unidad Transfusional del IPS se realizan 100 transfusiones por día y la cantidad de donantes oscila entre 50 y 60 personas que acuden a realizar la transfusión. El tipo de sangre más solicitado y a la vez el más difícil de conseguir es el O+, a pesar de ser el grupo sanguíneo con el que la mayoría de los paraguayos cuentan.
La principal motivación para donar radica en que es un gesto generoso y desinteresado; hoy por hoy, es la única forma de salvar la vida o recuperar la salud para cualquier persona que sufra un déficit de componenetes sanguíneos. No existe discriminación si sos una persona que tiene tatuaje o piercing, solo debés gozar de buen estado de salud y muchas ganas de ayudar a cambiar vidas.
Por Romina Ferreira (18 años)