Comentario: El festín de los honorables. Por: Sara Moreno

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En un rincón del Congreso, entre grandilocuentes discursos y absurdas deliberaciones para justificar lo injustificable, los parlamentarios, una vez más, han decidido premiarse. No se autopremian en esta ocasión con vales de combustible ni seguro médico privado, como inicialmente lo plantearon, sino con un incremento salarial disfrazado de “gastos de representación”.