Comentario: La fiesta puede no ser gratis. Por: Marcos Cáceres.

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Probablemente el acuerdo entre Santiago Peña por un lado y Horacio Cartes y su equipo por el otro, tras ganar las elecciones, fue claro: el novel neocolorado les habrá dicho: “ok, ustedes gobiernen, hagan lo que deban hacer, y yo me dedico a hacer dinero, mucho dinero, negocios con el Estado, privilegios para parientes y empresarios amigos. De paso, viajo por el mundo recibiendo el trato del presidente que voy a ser”.