Cargando...
Miguel Ángel Pereira Acosta, de 61 años, fue encontrado muerto en su casa del barrio Florida de San Lorenzo, el 18 de junio pasado, aunque su muerte ya se habría producido un días antes, el 17 de junio.
El contador y actor estaba semidesnudo y en medio de un charco de sangre. Tenía varias heridas de puñal y signos de haber peleado contra alguien.
El ensañamiento del o los asesinos hizo suponer a la Policía que se trató de un crimen pasional, ya que los investigadores recibieron la información de que el ahora fallecido recibía habitualmente a hombres extraños en su casa.
El primer arrestado por asesinato a Miguel Pereira
Justamente, el primer arrestado de ayer fue Aldo Andrés González González, de 33 años, quien supuestamente llegó a ser pareja del actor asesinado.
Este fue localizado en su casa de la compañía Naranjaty de Capiatá, en un allanamiento dirigido por la fiscala de San Lorenzo, María Genoveva Figueredo Insaurralde, y ejecutado por policías de Investigaciones del departamento Central.
El jefe de esta unidad policial, comisario principal Hugo Cristian Grance, dijo que González sería el que vendió el celular que pertenecía a Miguel Ángel Pereira Acosta.
El comisario agregó que Aldo estuvo en la casa del actor en la madrugada del 17 de junio, cuando fue en una moto aparentemente en compañía de su amigo Edmundo Ramírez Morales, de 20 años, quien fue el segundo apresado.
Este último cayó también ayer en las inmediaciones de su domicilio en la compañía Isla Bogado de Luque.
También el sobrino
Tras la detención de Aldo y Edmundo, el primero involucró en el crimen al sobrino del fallecido, Cristhian Alfredo Petersen Pereira, de 46 años, quien registra frondosos antecedentes por asalto e incluso alguna vez fue favorecido con el indulto presidencial.
De hecho, Cristian vive en la misma propiedad donde fue asesinado su tío.
Coincidentemente, fue Cristian el que se presentó ante la Policía a hacer la denuncia de desaparición de su tío y después fue él mismo quien comunicó haber encontrado el cuerpo en la casa donde ambos vivían.
El sobrino del fallecido dice que Aldo y Edmundo ingresaron esa madrugada a la casa de su tío, pero Aldo y Edmundo sostienen que fue Cristian el que les vendió el celular del fallecido.