REDACCIÓN CIENCIA. Un agujero negro hasta ahora tranquilo, situado en el centro de una galaxia a unos 800 millones de años luz de distancia, ha entrado en erupción repentinamente, emitiendo penachos de gas cada 8,5 días antes de volver a su estado normal.
Nuevas y más precisas mediciones permitieron ajustar la comprensión de la composición del universo y de la velocidad de expansión de las galaxias, indica un estudio publicado este miércoles por The Astrophysical Journal.
Observar algo que ocurrió hace muchísimo tiempo es difícil y más si se habla de materia oscura, que no emite luz. Ahora, un equipo científico ha logrado revelar la distribución de esta alrededor de las galaxias hace 12.000 millones de años, solo 1.700 millones de años después del comienzo del universo.
Una nueva imagen del telescopio espacial Hubble, al que se ha aplicado un novedoso programa, permite trazar un mapa de las regiones de formación estelar del universo, aprender cómo se originaron las galaxias más antiguas y, entre ellas, encontrar las más raras.
LONDRES. Observaciones de la densa nube de polvo que oculta un agujero negro supermasivo en el centro de la cercana galaxia Messier 77 ofrecieron la confirmación más clara hasta ahora de la teoría que explica la estructura de los núcleos galácticos activos (AGN, en sus siglas en inglés), propuesta hace cerca de tres décadas.
SANTA CRUZ DE TENERIFE. Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto que las galaxias con núcleos activos, es decir, cuyo agujero negro central está en continuo crecimiento y emite grandes cantidades de energía y radiación, pueden pasar por un periodo de rápida formación de estrellas antes de apagarse por completo.