Unos doscientos supuestos “hechiceros” acusados de brujería en Afganistán han sido arrestados por los talibanes, en una campaña nacional para poner freno a estas prácticas a las que algunos afganos recurren para desentrañar su porvenir, buscar una cura a enfermedades o protección contra el mal de ojo.
La situación de las mujeres de Afganistán se deterioró drásticamente en 2022 tras la llegada de los talibanes al poder, con prohibiciones que impiden la educación de las niñas, el acceso a las universidad, el trabajo y duras reglas de libertad social, denunció este jueves Human Rights Watch (HRW).
El principal grupo talibán paquistaní, Tehreek-e-Taliban Pakistán (TTP), asumió este viernes la responsabilidad del ataque suicida que tuvo lugar esta mañana en el sur de Islamabad y que dejó al menos tres muertos y seis heridos.
KABUL. Las estudiantes de una universidad en el noreste de Afganistán fueron impedidas de entrar a clases después de que las fuerzas del Gobierno talibán exigieran el uso de la burka como prenda obligatoria y reprimieran con violencia a las jóvenes que desafiaron la medida.
El Gobierno de los talibanes ha vuelto a prometer que reabrirán las escuelas de secundaria para las mujeres, a las que impiden desde hace más de un año regresar a las aulas porque, aseguran, el sistema no está adaptado de acuerdo a la sharía o ley islámica, algo que ya pocos se creen.
Activistas afganas acusaron a la comunidad internacional de abandonar a las mujeres del país frente a los abusos de los talibanes y reclamaron más presión sobre el régimen de Kabul para que ponga fin al actual “apartheid de género”.