Isla de Rab, en Croacia: vacaciones activas con naturaleza e historia

El sendero trepa entre piedras y raíces. El camino cansa, pero los pinos dan sombra, mientras la luz tamizada del sol se derrama sobre el suelo. Las señales rojas y blancas que indican la ruta están pintadas en los troncos de los árboles.

De repente, se abre la vista. A través de las hojas y las ramas, se hace visible el verde del bosque que desciende hacia la costa. La vegetación, exuberante para el Adriático, es una marca registrada de Rab.
El sendero trepa entre piedras y raíces. El camino cansa, pero los pinos dan sombra, mientras la luz tamizada del sol se derrama sobre el suelo. Las señales rojas y blancas que indican la ruta están pintadas en los troncos de los árboles.Andreas Drouve

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De repente, se abre la vista. A través de las hojas y las ramas, se hace visible el verde del bosque que desciende hacia la costa. La vegetación, exuberante para el Adriático, es una marca registrada de Rab.

El azul del Adriático y del cielo se funden, y se unen las islas vecinas de Cres y Lošinj.
Una excursión en kayak por la costa suroeste de Rab lleva a descubrir bahías idílicas.

A lo lejos, el azul del Adriático y del cielo se funden, y se unen las islas vecinas de Cres y Lošinj.

Aquí, en Rab, el camino sigue en subida entre enebros y encinas hasta Kamenjak, el trono de la isla a 408 metros sobre el nivel del mar.

Allí arriba, en una meseta caliza árida, la vegetación se aplana bajo la presión del bora, el viento descendente procedente de la Croacia continental.

Visitantes recientes apilaron piedras y armaron mojones alrededor del Kamenjak, que de por sí no es un pico clásico. Un sistema de antenas rompe con el entorno, aunque esto no resta valor a la escena panorámica.

El continente está a la vista, al igual que el canal de Velebit, que lo separa del mundo insular. Entre las islas se encuentra Goli otok, que fue una isla prisión, hoy en ruinas, de la época yugoslava.

En Rab, el camino sigue en subida entre enebros y encinas hasta Kamenjak, el trono de la isla a 408 metros sobre el nivel del mar.
Desde la cima del monte Kamenjak en la isla de Rab se tiene una vista panorámica que abarca tanto tierra firme como las islas vecinas.

Isla de Rab, en Croacia, su ruta ciclista con construcciones históricas

Un par de cifras: Rab es relativamente pequeña, si se la compara con las islas vecinas de Krk y Cres: mide 22 kilómetros de largo y 11 kilómetros de ancho. Sin embargo, los visitantes que aman la actividad física disponen de 88 kilómetros de senderos para caminar y 348 kilómetros de ciclovías.

La zona más popular entre los ciclistas de montaña es la península de Kalifront, en el noroeste, cuyo punto de partida es la capital de la isla del mismo nombre, Rab.

A partir de allí se sigue el paseo paralelo al profundo corte de una bahía, donde se alzan afloramientos rocosos y brillantes yates blancos salpican el azul del mar.

Tras un ascenso, el verde se impone en la zona protegida del bosque de Dundo, que tiempo atrás suministraba la materia prima para la construcción naval, la carpintería y la leña.

Aquí comienza la ruta circular Capo Fronte, de 22,5 kilómetros, clasificada en la categoría fácil a pesar de los 363 metros de altitud. Se alternan la grava, los guijarros y el asfalto. Hay aroma a pinos y hierbas.

Isla de Rab, en Croacia junto a las ruinas de iglesias

Entrelazada con la naturaleza hay una red de edificios históricos que han sido documentados y reabiertos en el marco del proyecto “Rab Archaeological Traces” (Huellas Arqueológicoas de Rab).

Las ruinas de las iglesias de San Mauro y San Pablo animan a los visitantes a hacer pequeñas excursiones a pie por la soledad del bosque.

Lo más destacado son las ruinas de la capilla en honor de Santa Mara, sobre la bahía de Mara. Hace siglos, los franciscanos se sumían aquí en la contemplación.

Hoy, quienes buscan la contemplación interior toman asiento en el suelo sembrado de agujas de pino frente a los muros. El verde azulado del agua brilla entre los arbustos y los árboles. Las olas tocan su melodía.

Remar en aguas cristalinas

Una excursión en kayak por la costa marina de Rab está en riesgo porque la zona protegida de Lopar, en el norte de la isla, está demasiado tormentosa, agitada por el famoso viento bora.

Por eso, el guía de kayak Dominik Pahljana decide cambiar los planes con poca antelación y programa la excursión en la zona oeste, que se encuentra también bajo protección.

Una remada tras otra lleva al kayak por aguas cristalinas, lejos de las zonas urbanizadas. Tampoco hay muchos complejos hoteleros grandes. Una bahía idílica sigue a la otra.

Las gaviotas chillan y un cormorán -ave grande de plumaje negro- extiende sus alas sobre las rocas para secarse.

El guía Pahljana se dirige a una playa de piedra desierta. “Por suerte no hay industria en la isla”, celebra. No solo sus huéspedes disfrutan del descanso, él también.

Los nudistas

Los que quieran pueden zambullirse desnudos en el agua. El nudismo es normal en Rab desde que el rey Eduardo VIII de Inglaterra y su novia Wallis Simpson se refrescaron desnudos en los años treinta.

Sin embargo, hay que tener cuidado con las medusas y los erizos de mar. La mejor forma de protegerse de sus espinas y del suelo pedregoso de las costas es llevar calzado acuático, que se puede comprar en todas partes.

Paseos por la ciudad

El agua cristalina continúa en otras zonas de la costa de Rab, como la llamada Paradise Beach (Playa Paraíso), cerca de Lopar, y surge la oportunidad de realizar actividades en la capital de la isla, Rab.

Los locales advierten que un paseo por la ciudad requiere de un buen estado físico.

Se debe recorrer un buen trecho desde el puerto y atravesar un parque hasta llegar al casco histórico con su entramado de callejuelas, fachadas cubiertas de hiedra y buganvillas y el cuarteto de torres de las iglesias.

Se puede subir a dos de las torres de las iglesias, las de Santa María de la Asunción y San Juan.

También se recomienda subir las escaleras sobre las antiguas murallas de la ciudad para llegar a una terraza panorámica.

Y de nuevo la camiseta se pega al cuerpo por el sudor que genera el esfuerzo. Por suerte, la pérdida de líquidos y calorías se puede compensar en una gran cantidad de pequeños y acogedores restaurantes.

Información sobre Rab

Cómo llegar: Se puede ir en coche hasta el embarcadero de Valbiska, en el suroeste de Krk. La travesía en transbordador hasta Lopar, en Rab, dura 80 minutos.

Otra conexión de ferry a Misnjak, en Rab, parte desde Stinica, en tierra firme. Desde allí, la travesía dura apenas un cuarto de hora.

Otra alternativa es volar a Rijeka y continuar hasta Rab en coche de alquiler.

Alojamiento: En Rab hay muchos hospedajes turísticos, entre ellos apartamentos, casas de vacaciones y algunos campings. Casi no hay grandes hoteles en la isla.

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