El ahorro y la inversión

Este artículo tiene 20 años de antigüedad

El consumidor adopta distintos comportamientos ante el afán de satisfacer sus necesidades. Muchas veces actúa premeditadamente, adquiriendo sólo lo necesario y guardando una parte de sus ingresos como previsión del futuro; en otras ocasiones, invierte todo cuanto tiene en busca de alguna mejora o simplemente disipa sus bienes para complacer sus deseos inmediatos. En el primer caso tenemos un consumidor ahorrativo; en el segundo uno inversionista, y en el último un disipador (malgastador). De todos modos, el consumidor es quien decide ahorrar, invertir o derrochar sus bienes.