Siembra de algodón

Este artículo tiene 14 años de antigüedad

La siembra de algodón en nuestro país ha perdido terreno en los últimos años. Sin embargo, este noble rubro se mantiene como una interesante alternativa para los pequeños y grandes productores.

Es importante reiterar que pasadas estas fechas, igual se puede realizar el cultivo del algodón. No obstante, los riesgos de ataques de plagas a los cultivos son mayores y correrán por cuenta del productor. Esta situación se denomina siembra tardía y representa un peligro para el productor, ya que al sembrar más tarde, la floración del algodón coincide con la finalización del cultivo tempranero que ya no es tratado y se convierte en un vivero para el picudo, que prácticamente arrasa con lo sembrado en forma tardía.

PREPARACIÓN DE SUELO
Para la siembra de algodón hay dos sistemas de preparación del suelo. Uno de ellos es el denominado labranza mínima (menos recomendado), en el cual se realiza una carpida general, sin quemar los restos de cultivos y malezas. Hay que efectuar una carancheada cruzada y realizar el surcado para la siembra con cincel. El otro sistema que se utiliza más hoy en día es el de siembra directa, donde se debe preparar la cobertura de abono verde o malezas con rollo cuchillo y, si hace falta, desecar las malezas con herbicidas. Además, se debe subsolar el terreno en la línea de siembra, utilizando subsolador para la siembra directa. En este sistema, se tiene que realizar esta operación antes de una lluvia.

DENSIDAD DE SIEMBRA
La densidad recomendada para cultivos en suelos pobres es de 80 cm entre hileras y de 35 cm entre plantas. La cantidad de semillas que se dejarán en cada hoyo será de cuatro a cinco, a una profundidad de 3 cm; una vez germinadas (15 a 20 días de la siembra), se procederá a la realización del raleo, para dejar dos a tres plantas por hoyo y así evitar la competencia entre las mismas, dejando aquellas más sanas y de mejor porte. La buena distribución de las plantas será fundamental para que aprovechen el agua, los nutrientes del suelo, la luz solar e imponerse a la competencia de las malezas.

SEMILLA
La Dirección de Investigación Agrícola (DIA), a través de la Dirección de Extensión Agraria (DEAg), dependencias técnicas del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), recomienda que se utilicen semillas de alta calidad, y comercialmente habilitadas por el MAG  y certificadas por el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave).

En ese punto, se destacan las variedades nacionales actualmente disponibles como la  IAN 425, CD 405. En cuanto a las variedades importadas, están la DP 4049 y la Delta OPAL.

APORQUE
Esta operación, que debe efectuarse a fines de diciembre, consiste en acumular la tierra superficial al pie de cada planta hasta una altura de unos 20 cm, utilizando la patuca o carancho, carpidora o azada. De este modo, la planta es fijada firmemente al suelo para evitar su vuelco; se refuerza su fuente de nutrientes, aumenta el poder de retención de humedad a su alrededor y se estimula su recuperación cuando es atacada por la broca del tallo.

CONTROL DE MALEZAS
Durante el crecimiento, el algodón requiere normalmente de tres a cuatro operaciones de limpieza con azada o carpidora. Es fundamental que la primera carpida se realice entre los 15 y 20 días después de la aparición de las plantitas de algodón. Su retraso causa indefectiblemente la disminución del rendimiento del cultivo.

El control oportuno de las malezas es imprescindible para evitar una disminución del rendimiento, porque las mismas compiten con el algodón por los nutrientes y la humedad del suelo, la luz solar. Esta competencia es más crítica durante el crecimiento inicial de las plantas, con el agravante de que sirven de hospederas de plagas.

 

Manejo integral

 

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Para controlar las plagas y enfermedades que pueden causar daños al algodón, deben adoptarse las medidas siguientes: 

-Practicar la rotación de cultivos, utilizando para la siembra del algodón una parcela en la que estuvo una especie de planta de diferente familia que la textil. 


-Preparar la parcela oportuna y debidamente. 

 

-Efectuar la siembra solo dentro de la época recomendada. 


-
Contar con el número necesario de pulverizadores, en buenas condiciones de funcionamiento, para la aplicación de plaguicidas.

 

-Adquirir anticipadamente los agrodefensivos, conforme a los tratamientos probables, debiendo preferirse para el efecto insecticidas disponibles en el mercado que sean de toxicidad oral baja o mediana. Una alternativa la constituyen los productos de toxicidad oral alta pero de baja toxicidad dermal.

 

-Mantener libre de malezas los alrededores del algodonal, para evitar que sirvan de focos de infestación de plagas, y dentro del cultivo, para favorecer su desarrollo. El cumplimiento de esta recomendación puede permitir que escape al ataque intenso de insectos. 


-Inspeccionar frecuentemente el cultivo, de tal manera a descubrir la presencia de plagas o enfermedades al tiempo que las mismas aparezcan.
 


-Aplicar correctamente los tratamientos recomendados para el control de las plagas predominantes.

 

La eliminación de rastrojos se realiza mediante el corte o arrancado de las plantas ya cosechadas, con el empleo de herramientas manuales como el machete, azada o la pala de punta. De esta manera, las raíces de las plantas cortadas permanecerán bajo el suelo, terminarán por descomponerse y se convertirán en fuente de materia orgánica para el suelo. Además, se evitará que sirvan de refugio de las plagas y de fuente de inoculación de microorganismos causantes de enfermedades, que pueden ocasionar una mayor intensidad de ataque al cultivo en la siguiente campaña.



(*) Técnico especialista del Instituto Agronómico Nacional.