Una película de acción con carretillas en vez de autos

Este artículo tiene 14 años de antigüedad

Las películas paraguayas no suelen ser competencia para los filmes venidos de Hollywood, en lo que a recaudación en taquilla se refiere.


RODANDO EN EL MERCADO

Tana Schémbori describe las jornadas de trabajo en el Mercado como "pesadas, pero maravillosas".

"Richard (Careaga, director de fotografía) y el equipo técnico empezaron a hacer pruebas junto a Juanca en las frías noches de julio del 2009, para definir con qué cámara trabajar. Luego probábamos cómo se veía en las salas de cine", comenta. El rodaje en sí se inició en febrero de 2010, y se extendió hasta el mes de abril.

"Vivíamos en el mercado, por decirlo de alguna manera. La Municipalidad nos cedió un lugar cerca del comedor municipal, pero para un mejor desenvolvimiento de la producción, alquilamos un local sobre la calle Battillana, en el corazón del Mercado. Nos íbamos como una parte más de la gente que trabaja ahí; en medio de las ropas, objetos de plástico, calzados, remedios yuyos, carne, etcétera, estaba el equipo de rodaje trabajando", recuerda.

Hace una mención aparte a la noche del Mercado, "otra cara" del lugar y de su gente, cara que podrá verse en alrededor del 80% de la película. "Quedan marcados en nuestra memoria los silencios, los olores tan particulares, los personajes que transitan el lugar, los gatos y la magia del Mercado".

Sin embargo, trabajar en un medio tan caótico como uno de los puntos más concurridos del día a día asunceno trajo su cuota de inconvenientes a los realizadores.

"Trabajar en el Mercado es lo opuesto a tener control sobre lo que se graba", dice Schémbori. "Hubo obstáculos de audio, a veces era imposible regular esto; o bien gente que miraba a cámara. Sin embargo, utilizamos estos obstáculos como parte de una estética de cámara al hombro, inestable algunas veces. En este desorden justamente estaba la riqueza que nos da el mercado tanto visual como sonoramente".

Las tareas entre los dos directores se dividieron, con Schémbori concentrándose en el manejo de los actores, la continuidad y haciendo alguna que otra corrección en el guión, mientras que Maneglia encargándose "del global de la historia, el relato y la parte visual, esta vez con la ayuda maravillosa de Richard Careaga, un director de fotografía maravilloso que aportó demasiado en el relato también".

"'7 Cajas' tiene pequeños homenajes a grandes películas del cine universal, que dentro de este contexto, quedan hasta paradójicos. Así, hay una verdadera persecución de carretillas en un estacionamiento del mercado, como en las grandes escenas del cine de acción, como las típicas grandes persecuciones de autos lujosos y caros, pero en este caso con carretillas artesanales de madera", adelanta la directora.