La selección paraguaya está con cuatro puntos -de seis posibles- en las eliminatorias del Mundial de Qatar. En verdad, no es un mal resultado, pero podía haber sido mejor, y es preocupante que en el partido con Venezuela en Mérida el equipo haya terminado colgado del travesaño, con un ingreso masivo de defensores, lo que en los papeles auguraba solo un empate o una derrota. Pero la diosa fortuna nos acunó, y el plantel volvió a Asunción con tres valiosos puntos.
Un partido de fútbol no se puede predecir fácilmente. A veces las estadísticas y la realidad del momento de un equipo inclinan la balanza hacia tal o cual conjunto, pero resulta que en el juego no “salieron las cosas”, o el equipo seguro perdedor en la previa se “colgó del travesaño” y le malogró el triunfo al candidato ganador.
Cerro Porteño está pasando un difícil momento, y lo que ha de ser preocupante para la entidad es el paulatino enojo de la hinchada, que no está acompañando al equipo con el entusiasmo de otras épocas, pese a que tiene un respetable plantel, con muy buenos jugadores.
Tras el estruendoso fracaso del seleccionado paraguayo en las eliminatorias para el Mundial Brasil 2014, la opinión general compartida por aficionados, la prensa e incluso técnicos era que varios de nuestros futbolistas ya cumplieron su ciclo en el equipo nacional y que se imponía una renovación. De hecho, quedó en evidencia en esa ocasión que algunos futbolistas ya cumplieron su vida útil y que, con algunos partidos de despedida y con sendos pergaminos de justificada gratitud por los servicios prestados y por la alegría que prodigaron a la afición, deberían dar paso a las nuevas generaciones de buenos jugadores que van surgiendo.
Cualquiera diría que los cerristas le tendrían al “Chiqui” Arce poco menos que en un altar, después de haberle dado un campeonato invicto al “Ciclón” en el 2013 y comenzar con el pie derecho el 2014, con una victoria de 3-1 ante el 12 de Octubre. Pero basta leer la mayoría de los comentarios de los hinchas en las redes sociales para ver que la consideración hacia el técnico es algo así como que “le aguantamos porque está ganando”, pero que esa relación pende de un hilo y puede romperse ante un par de tropezones del equipo.
Con su derrota en Colombia ante el Deportivo Cali, Cerro Porteño resignó una importante chance para sumar puntos ante un equipo que aparecía como el más accesible de los cuatro que componen el Grupo 3, que también integran Lanús de Argentina y O’Higgins de Chile. El Cali reflejó en el partido el mal momento que está pasando y Cerro, por momentos, apareció como un equipo compacto, pese a lo cual el local se quedó con los valiosos tres puntos en el arranque de la llave.