La Diversidad biológica es la expresión utilizada para describir la vida sobre la Tierra — la diversidad de seres vivientes, los lugares en los que habitan y las relaciones entre ellos. Estas relaciones nos proporcionan un sinfín de servicios esenciales, de los cuales el bienestar humano depende, tales como provisión de agua, la producción de alimentos, la fertilidad de los suelos, la regulación del clima, el valor cultural y/o estético de algunas plantas y animales, entre otros cientos de bienes y servicios.
La diversidad biológica es también parte integrante de los sectores de desarrollo claves como la agricultura y la ganadería, la silvicultura, la pesca o el turismo. Más de 1,3 billones de personas en el mundo dependen de la diversidad biológica y de los bienes básicos y servicios para sus medios de subsistencia.
La ausencia prácticamente total de inversión en investigación científica en el Paraguay puede encontrar un campo vasto, inagotable en la rica biodiversidad que tenemos en nuestro país. Sin embargo, el volumen escaso de estos estudios, son generalmente auspiciados, financiados y aprovechados por organismos internacionales, a quienes al tiempo de agradecer su enorme interés por el país, debemos sumar esfuerzos propios para que la investigación científica patrocinada por auspiciantes nacionales sea el combustible de nuestros jóvenes científicos para el desarrollo de sus tesis investigativas que no construirán otra cosa sino una contribución sólida para toda la humanidad.
A todo esto, las causas más profundas de la pobreza están relacionadas en como organizamos y gobernamos el acceso a los servicios que nos provee la diversidad biológica, pero por sobre todo en cómo hacemos para mantener la riqueza biológica con la que hoy cuenta nuestro país, de manera que el día de mañana, nuestros suelos sigan produciendo, sigamos bebiendo agua de nuestros ríos sin miedo y consumiendo alimentos sanos. Que todo esto marche al ritmo de un crecimiento económico de los sectores que utilizan a la naturaleza como principal elemento de producción y que los actores involucrados en estas actividades puedan mantener una relación de contribución en lugar de confrontación, de diálogo y de apertura a nuevas ideas, concibiendo como centro de toda esta dinámica al derecho constitucionalmente consagrado de un ambiente saludable, limpio y atendiendo a un crecimiento social incluyente y humano.
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Invertir la pérdida de la diversidad biológica es una dimensión clave que contribuye a dar fin a la pobreza y hambre extremas, garantizando a todos, la salud. Es más probable que logremos la reducción de la pobreza y la mejora de la salud, la riqueza y la seguridad de las generaciones presentes y futuras, si damos la prioridad que merecen a la bidiversidad y a los servicios que nos proveen. La Biodiversidad y el desarrollo están tan intrínsecamente relacionados que no tendría sentido que el progreso en ambos puede lograrse separadamente.