Por casa no será muy diferente. Más aún en épocas de campañas, momento en que actualmente nos encontramos. Sería muy improbable escuchar que alguno de los candidatos encabece su campaña con un eslogan que diga algo como: "Votame y voy a darte trabajo a vos y a quienes me voten", o "Voy a robar lo suficiente como para ser feliz". Esto sería un acto de "sincericidio" y hasta casi diría que muchos políticos no creen que sus acciones sean tan descarnadamente duras como estas frases la pueden llegar a reflejar.
¿Por que? Por una sencilla razón. Vivimos bajo un modelo que pervierte las bases democráticas de convivencia, y que nos ha hecho creer, a electores y elegidos, que haciendo favores a quienes nos ayudan, estamos ayudando a crecer a la patria y podemos construir una sociedad más justa.
A las pruebas me remito para demostrar que esta mantenernos en esta práctica es un comprobable y grosero error: el país reporta en casi todos los rankings de desarrollo un paupérrimo desempeño, con grandes deudas en materia de educación, salud pública y políticas de inclusión social y reducción de la desigualdad.
Si quienes ganaran las elecciones tuvieran la razón, y los votos supusieran otorgar el poder a gente que hubiese tenido el verdadero interés de sacar al país adelante, pues tenemos partidos políticos que deberían haber resuelto los problemas del Paraguay en los últimos cien años. Pero ganar elecciones lastimosamente no lo mismo que gobernar y gobernar no es lo mismo que solucionar los problemas que aquejan a nuestro país.
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Joan Prats, el recientemente fallecido ex Director del Instituto Internacional de Gobernabilidad de Cataluña, quien años atrás realizara importantes investigaciones en y para nuestro país, recoge algunos argumentos de la tesis de los "malos versus los buenos gobiernos" en su célebre artículo "Ética del oficio político".
Básicamente el lúcido profesor catalán nos recuerda que, al momento de definir las preferencias hay ciertas características que, si bien nunca significan una apuesta absolutamente exenta de peligros futuros, nos pueden indicar cuáles son las mejores opciones de liderazgo político a partir de ciertas prácticas que él denomina "buena política".
A saber estas son: 1. Un líder reflexivo y que tiene autocontrol; 2. Un líder comprometido con la realidad que pretende transformar; 3. Un líder que genera un "imaginario" realizable pero no promesas incumplibles; 4. Un líder que se aleja de los "operadores" políticos para suplantarlos por instituciones solidas elevando la institucionalidad; 5. Un líder que tiene un a estrategia a largo plazo de construcción de la nación; 6. Un líder que impulse decididamente la transparencia; 7. Un líder que permanentemente esté dispuesto a rendir cuentas; 8. Un líder que busque la construcción de un estado de derecho sólido y por último, 9. Un líder que cultive la sensibilidad ética, la simpatía y la empatía.
No son reglas que aseguren el éxito de la selección, mas con seguridad quienes no se esfuercen en la línea de las sugerencias de Prats, poco y nada podrían contribuir a mejorar la gestión pésima de los proyectos de desarrollo de nuestro país que tan necesitado se encuentra de un "buen gobierno".
El problema no son los colorados, ni los liberales, ni los de izquierda ni los de derecha. El problema del Paraguay es que no hemos tenido - salvo honrosas y contadas excepciones - buenos gobiernos.
¿Qué le importa a la madre que ve que a su hijo lo estén curando sus quemaduras sin anestesia en el Hospital del Quemado, que tal o cual partido debe ganar, o tal o cual partido no debe volver? ¿Le puede importar que "no vuelva tal o cual partido" a los hijos que fueron a despedir a sus padres al aeropuerto para ir a probar suerte a España o Buenos Aires tratando de encontrar un trabajo que aquí le fue negado?
¿Qué importancia le puede dar un padre que ve a su hijo abandonar la escuela por no tener posibilidad de comprar los útiles o un zapato, que tal o cual partido "debe volver al poder"? ¿Qué importancia tiene "volver al poder" para aquellos padres que están velando a la hija que fue asaltada al volver del trabajo por chicos que no tenían otro futuro más que dedicarse a la delincuencia para cubrir el oneroso gasto de sus adicciones?
Durante muchos años nuestra democracia ha ido evolucionando de manera muy importante. Es importante que al concepto de "ganar" incorporemos un elemento cualitativo. No solo gano cuando mi equipo metió más votos en una urna, sino cuando mis representantes, sabían que hacer al tomar el timón del barco que les fue confiado. No solo gano cuando es "mi candidato" el que "llegó" sino cuando ese candidato "nos llevó" hacia un destino mejor!!
Escribo estas líneas en lo prolegómenos de una campaña. Y como político que soy, estoy absolutamente seguro que cada quien deberá y tendrá ganas de decir su verdad. Adelante y que lo digan con fuerza. Esto que escribí aquí es una parte de la mía.
Lo mejor del Paraguay somos los paraguayos. Basta que tomemos la decisión de participar con convencimiento y dejar atrás los liderazgos que han postergado nuestro desarrollo. La respuesta está en nosotros, no "en los otros".