Despedida

Este artículo tiene 12 años de antigüedad

Este foro me ha honrado con su invitación para comunicarme con ustedes a través de esta maravillosa red que nos une y nos divide tantas veces al día como interacciones existan y como novedades tecnológicas vayan apareciendo.

Hoy voy cerrando un capítulo muy importante de mi vida como autoridad nacional por lo tanto este espacio corresponderá a otra persona que ocupe un espacio en la vida pública y que de seguro pondrá todo su empeño por hacer lo mejor.

Quiero agradecer a ABC digital por esta invitación y por haberme dado la oportunidad de compartir con ustedes ideas, propias, ajenas, prestadas, buenas, malas, peores; opiniones; críticas y sugerencias.

El voto, la decisión soberana de la ciudadanía me dio la oportunidad maravillosa de dedicar parte importante de mi vida a la función pública.

Ese mismo voto y esa misma voluntad hoy le favorece a otras personas. Por eso quiero darles las gracias a todos ustedes. Quienes me votaron, quienes no, a quienes agrado, a quienes no, a quienes me escribieron dando aliento y a quienes me criticaron, a quienes creen y a quienes han dejado de hacerlo, a quienes luchan y a quienes se rindieron.

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Todos ustedes han hecho que mi vida sea absolutamente fantástica en esta tarea del ejercicio de la función pública. He aprendido de cada una de nuestras conversaciones, discusiones, intercambio de ideas o simples comentarios, y han aportado enormes enseñanzas en esta fabulosa forma de vida que es la convivencia democrática. 

Muchas gracias por todo lo que me han dado.

Les deseo a todos y a todas, al Paraguay entero, lo mejor para este periodo que se inicia. El éxito de los gobernantes es el éxito de su pueblo, así que lo mejor para quienes les toque la función de dirigir el país y tomar las grandes decisiones. Que lo hagan pensando siempre en tres categorías que deben ir juntas: lo conveniente, lo necesario y lo oportuno.

Que el futuro nos sonría porque cada uno de nosotros salimos a buscarlo en lugar de esperarlo sentado. Y que el dolor, inevitable en nuestras vidas, sea la llamada de atención y la señal de que lo bueno de sentirlo, es que seguimos vivos.

 

¡Salud Paraguay!