Kurukáu hovy

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Kurukáu hovy (Theristicus caerulescens), fotografía gentileza de Oscar Bordon, Naturaleza de Paraguay en fotografía.
Kurukáu hovy (Theristicus caerulescens), fotografía gentileza de Oscar Bordon, Naturaleza de Paraguay en fotografía.

Especie número 63 del manuscrito y 363 de los Apuntamientos de Félix de Azara, con las denominaciones de Carucau aplomado y de Curucáu aplomado, respectivamente.

Félix de Azara consignó lo siguiente sobre los nombres de esta ave:

“Dicen que se parece su canto al sonido de una cuerda de la mandurria [desusado de bandurria], por cuyo motivo la llaman los españoles aquí [Paraguay] y en Maldonado [Uruguay], donde vi una Mandurria cenicienta, para distinguirla de la otra especie. Los portugueses creo la llaman Mazarico”. Añadió en sus Apuntamientos:

“Le apellidan aplomado y también barroso, aludiendo a su color, y para distinguirlo del precedente [Mandurria o Curucáu (Theristicus caudatus)]”.

Bertoni la catalogó como Kurukáu y Gatti como Curucáu; actualmente se la conoce como Kurukáu hovy.

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Azara mató de un escopetazo al individuo que describió, y sobre la especie refirió:

“He visto como una docena de estas aves en todos mis viajes”, y en sus Apuntamientos anotó:

“el [Curucáu] aplomado es cuarenta veces más escaso [que la Mandurria o Curucáu], por lo menos en el Paraguay, y se extiende al sur del Río de la Plata”.

Nomenclatura

Kurukáu hovy (Theristicus caerulescens), fotografía gentileza de Oscar Bordon, Naturaleza de Paraguay en fotografía.
Kurukáu hovy (Theristicus caerulescens), fotografía gentileza de Oscar Bordon, Naturaleza de Paraguay en fotografía.

Sonnini consideró que el Curucáu aplomado de Azara era una especie nueva, como en efecto lo era.

Dicho Curucáu fue clasificada en 1817 por Vieillot con la denominación de Ibis couleur de plomb o Ibis caerulescens (actualmente Theristicus caerulescens) en el Nouveau dictionnaire d’histoire naturelle (16, p. 18), a partir de las referencias que sobre él dio nuestro naturalista.

El epíteto que identifica a esta especie corresponde a la palabra latina caerulescens/cerúleo, pues Azara había señalado que “todo el resto del plumaje [de este tresquiornitino] es aplomado”.

Costumbres y nido

Sobre las costumbres de su Curucáu aplomado comentó Azara en el manuscrito:

“van solas o a lo menos dos, solo una vez la he visto parar en un árbol seco, lo común es en el suelo y en parajes húmedos, no en lagunas ni ríos, de modo que busca al parecer su alimento en la humedad, no en el agua. Su canto se reduce a repetir ta ta ta ta, en tono fuerte, pero que no suena mal”; y, casi en iguales términos, indicó en sus Apuntamientos:

“Va con su amada, rarísima vez en familias de cuatro, y en una sola ocasión ví treinta juntas. Tampoco entra en los ríos grandes, ni en las aguas; pero suele andar en los barriales más que la precedente [su Mandurria o Curucáu]; y también le he visto llegar a los cadáveres, según dije de la anterior; a quien también se parece, en posarse sobre los árboles, aunque no he notado que duerma siempre en los mismos”.

Caracteres

Describió Azara a su Carucau aplomado y a su Curucáu aplomado sin notable diferencia, por lo que no vale la pena ocuparse de ellos.