Obtienen la datación absoluta más precisa de la Edad del Hierro I en Europa occidental

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Burgos (España), 26 feb (EFE).- Investigadores del grupo de Paleomagnetismo de la Universidad española de Burgos (UBU) consiguieron obtener la datación absoluta más precisa de la Edad del Hierro I en toda Europa occidental, en un estudio realizado en el yacimiento arqueológico de El Castillar, localizado en Mendavia (norte de España).

La investigación, cuyo resultado que se publica en la revista internacional Journal of Archaeological Science: Reports, se centró en el estudio de un nivel de quemado relacionado con el abandono del yacimiento, en el cual se aplicó un método de datación por arqueomagnetismo, informó la UBU en nota de prensa.

El Castillar es un yacimiento del Bronce Final (ca. 1200 – 900 a.C.) y de la Edad del Hierro I (ca. 900 – 400 a.C.), que se lleva excavando desde los años 70 del siglo pasado y, en una de las campañas anuales, se halló un nivel de quemado datado entre el 800 y el 416 a.C.

El rango cronológico, hallado mediante cuatro dataciones radiocarbónicas (carbono 14), era excesivamente amplio e impreciso, de ahí que los investigadores planteasen aplicar la datación arqueomagnética, que se basa en obtener un registro de las variaciones del campo magnético terrestre en el último calentamiento del material.

Este estudio logró reducir esta incertidumbre a tan solo tres décadas, situando el abandono del yacimiento entre el 685 y el 655 a.C., al 95 % de probabilidad.

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Intensidad de los campos magnéticos

La datación arqueomagnética se sustenta en el hecho de que los minerales ferromagnéticos presentes en materiales arqueológicos (óxidos e hidróxidos de hierro), al ser calentados a altas temperaturas (> 600 – 700 ºC), son capaces de registrar la dirección o intensidad del campo magnético terrestre en el momento del enfriamiento.

Hornos, hogares o cerámicas son frecuentes en yacimientos arqueológicos, por lo que el repertorio de materiales datables mediante arqueomagnetismo es amplio, y el muestreo solo requiere recoger varias muestras y orientarlas con brújula magnética con la máxima precisión posible.

La datación consiste en comparar, bajo ciertos criterios estadísticos, la dirección e intensidad magnética media obtenida del material estudiado con “curvas de calibración” del campo magnético terrestre para esa época.

El 14C, un método ampliamente utilizado, no es muy efectivo para este período (800 – 400 a.C.) porque su curva de calibración tiene una meseta que impide datar con precisión.

Sin embargo, la curva de calibración arqueomagnética define en este intervalo un pico en su intensidad conocido como “Levantine Iron Age Anomaly”, y es la existencia de picos o variaciones en las curvas de calibración lo que permite datar con precisión.

Estudio multidisciplinar

La investigación del yacimiento español, que abre además la posibilidad de fechar eventos arqueológicos en esta edad con técnicas alternativas y mayor precisión, es fruto de un estudio multidisciplinar del que formaron parte los investigadores de la UBU Eva Verne, Ángel Carrancho, Manuel Calvo-Rathert y María Felicidad Bógalo.

Participaron, además, expertos de la Universidad de Valladolid, el Ayuntamiento de Mendavia (Navarra) -ambos en España- y la Universidad de Kochi (Japón).