La investigación que publica Nature estima que unas 5.400 muertes agudas en América del Norte y 64.300 muertes crónicas en América del Norte y Europa "fueron atribuibles" a la exposición a partículas PM2,5 de los fuegos canadienses.
Las investigación encabezada por la Universidad de Tsinghua (China) usó observaciones satelitales, aprendizaje automático y un modelo de transporte químico para explorar los efectos globales y regionales de la exposición a las PM2,5 y los impactos asociados con la salud en aquellos fuegos.
Canadá atravesó entre mayo y septiembre de 2023 un episodio de graves incendios forestales en los que se quemaron 15 millones de hectáreas de bosque, lo que equivale aproximadamente al 5 % de la superficie forestal del país.
El humo, que se extendió por toda América del Norte, provocó alertas sobre la calidad del aire en Estados Unidos y también llegó a Europa.
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El estudio estima que en 2023 los incendios forestales en todo el mundo representaron una exposición media anual global a partículas PM2,5 de 1,32 microgramos por metro cúbico de aire.
De ese total, los fuegos canadienses representan 0,17 microgramos por metro cúbico de aire, lo que supone el 13 % de la exposición total a PM2,5 relacionada con los incendios.
Los incendios canadienses también contribuyeron a un aumento de los niveles de PM2,5 en Estados Unidos que triplicó la cantidad generada por los fuegos forestales originados en ese país en 2023.
El equipo considera que se necesitan más estudios epidemiológicos y que unos sistemas de vigilancia mejorados que proporcionen información precisa sobre la calidad del aire podrían reducir los efectos sobre la salud humana.
