El bus estaba en servicio y con pasajeros abordo. Resultó herido el chofer con restos de vidrio en los ojos. El bus se encontraba en toda regla operativa, con vidrios inastillables y habilitación al día.
Muchos otros buses son víctimas de esta clase de vandalismo casi en cada encuentro de fútbol y poco se difunde al respecto, como ya es cosa sabido, pero no es motivo para bajar los brazos dejando de denunciar este tipo de hechos sólo por ser algo común.
Las líneas 41, 15 y otras cuyo itinerario pasan por algunos de estos estadios especialmente, reciben frecuentemente este tipo de ataques, poniendo en riesgo la integridad de los pasajeros, que nada tienen que ver con las trifulcas entre inchas.
Nadie parece tener suficiente autoridad para detener esto, y ya resulta desesperante. Esto derivará pronto en la no circulación de buses en domingo, a poco que ya no existen servicios de trasnoche por la inseguridad creciente en nuestra ciudad.
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Juan Pablo Medina