Laso sufrió el infarto el pasado día 5 tras el segundo partido de la semifinal ante el Baskonia y desde entonces ha dirigido al Real Madrid Chus Mateo, con el que se logró el pase a la final y el trigésimo sexto título.
Ante la buena evolución de su dolencia, el pasado lunes comenzó a estar en los entrenamientos de sus jugadores, si bien no se ha sentado en el banquillo. En este definitivo encuentro estuvo en el WiZink Center y el capitán Sergio Llull, tras recibir la copa de Antonio Martín, presidente de la ACB, le entregó el trofeo para que fuera el encargado de cumplir con la tradición y levantarlo al cielo.
Otro detalle emotivo del final del partido fue el gesto que tuvo la plantilla hacia su compañero Anthony Randolph, operado el jueves de la lesión que se produjo en la rodilla izquierda en el primer partido de la final en el Palau, donde sufrió una rotura completa del ligamento cruzado anterior. Su camiseta quedó colgada en el aro de una de las canastas.
