En una eliminatoria al mejor de cinco partidos como la actual, un segundo triunfo daría al Valencia margen para perder los dos choques en Tenerife y le aseguraría, si hiciera falta, un quinto encuentro en la Fonteta para decidir la serie.
El Valencia afronta este encuentro con la incógnita del estado físico del dominicano Jean Montero, que sufrió un golpe en la mano derecha en la primera parte, y de Nate Sestina, que no pudo acabar el choque por un golpe en el codo derecho. Ninguno pudo entrenarse este miércoles y son duda para el choque.
El conjunto valenciano, no obstante, tiene la única baja segura de Ethan Happ y podría echar mano del base serbio Stefan Jovic y del interior Amida Brimah, que fueron los descartes técnicos en el primer encuentro.
El equipo de Pedro Martínez consiguió el martes en la Fonteta imponer su juego de muchas posesiones en la primera parte del encuentro e hizo uso de su mayor fondo de armario para, de la mano de Chris Jones, Brancou Badio y Jean Montero decantar el choque de su lado.
Pero, además de sus armas en la línea exterior, el Valencia contó con minutos brillantes de Jaime Pradilla por dentro pero también con el serio trabajo bajo los aros de Matt Costello y de Nate Reuvers.
Se espera que el Valencia vuelva a tratar controlar a Marcelinho, el motor de los canarios, con una alternancia de defensores sobre él. El martes, Badio y De Larrea fueron los que más le incomodaron.
Acostumbrado a jugar a un ritmo alto, el Valencia espera además que el desgaste afecte más a su rival, que tiene entre sus piezas clave a jugadores muy veteranos como Marcelinho, de 42 años, Aaron Doornekamp, de 39 años, o Giorgi Shermadini, de 36.
Asimismo, el Valencia da por hecho que contará con una Fonteta entregada. El juego que despliega el equipo tiene enganchada a la afición del club valenciano en la temporada en la que el club se despide de la que ha sido su casa durante cerca de tres décadas para trasladarse al Roig Arena.