No es un día de junio o julio. No, es marzo, el tercer mes del año, donde varios campeonatos tienen un punto de emoción. Imaginábamos un fin de semana con mucha acción, viendo a Libertad, puntero en Paraguay, o al Liverpool, líder en Inglaterra. Pero la realidad es otra: el mundo del fútbol también está paralizado por el covid-19, que en nuestro país presentó siete casos confirmados por el ministro de Salud, Julio Mazzoleni.
La pandemia causó miles de muertes y tiene a otros infectados. El deporte eligió detener las actividades para combatir contra la propagación de la enfermedad. A pesar de la tensa situación que sufre el plantea, en Sudamérica algunas ligas tienen competencia, pero a puertas cerradas: la Serie A de Brasil, la Copa de la Superliga de Argentina, la Liga Pro de Ecuador, el torneo Apertura de Bolivia y el Campeonato de Chile.
En Paraguay, el Apertura fue postergado hasta el 24 de marzo por la presión de jugadores, hinchas y el jefe médico de la Asociación Paraguaya de Fútbol, el doctor Gerardo Brustein. El viernes, cuando la lógica indicaba la suspensión de la fecha, la APF ratificaba la ronda a puertas cerradas con restricción para la prensa, que significaba la presencia de unas 40 personas. Minutos después, la Divisional decidía realizar la programación de la décima por WhatsApp para evitar la aglomeración de unos 15 dirigentes.
