Campeón con fe, pero sin hinchas

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ESTAMBUL (EFE). Ha pasado de equipo municipal de segunda a campeón de la Superliga turca en siete años: el Basaksehir, que ayer perdió contra Kasimpasa 3-2 en juego de cumplimiento, tiene mucho que ver con la política, el dinero y la ideología del presidente de Turquía, el islamista Recep Tayyip Erdogan.

La victoria 1-0 contra Kayserispor del domingo 19 le había dado el título al ponerse a una distancia insalvable para el resto de competidores, pero el júbilo ha sido moderado: Basaksehir tiene todo salvo una hinchada para celebrar el triunfo. No la tiene ni en su barrio, una extensa urbanización moderna, con complejos residenciales con jardines, vigilante en la entrada, parques, un riachuelo artificial rodeado de césped y flores, un salón de bodas municipal...

Por el parque pasean familias o parejas, las chicas en su gran mayoría ataviadas con el velo que caracteriza a las seguidoras del partido islamista Justicia y Desarrollo (AKP) que, fundado por Erdogan, gobierna Turquía desde 2002.