Doce personas del club, donde militó hasta 2019 el exinternacional español Fernando Torres, dieron positivo en el virus este mes, entre ellos el entrenador, Kim Myung-hwi, lo que llevó al equipo a suspender todas sus actividades hasta el 25 de agosto.
El Sagan Tosu debía enfrentarse al Shonan Bellmare el sábado 29 de agosto, pero “se ha decidido que no hay tiempo suficiente para prepararse adecuadamente”, explicó la J-League en un comunicado.
El club tiene previsto reanudar los entrenamiento el próximo miércoles, pero la liga considera que es necesaria al menos una semana más para prepararse para un partido.
Los organizadores de la competición consideran que será mejor que el Sagan Tosu vuelva al campo cuando reciba en casa al Yokohama FC el próximo 5 de septiembre, en la decimocuarta jornada.
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El Sagan Tosu hizo pruebas PCR a 123 personas vinculadas al club este pasado lunes y todas resultaron negativas.
Un equipo del Ministerio de Salud llevó a cabo una investigación sobre el brote en el que identificó posibles causas del origen, como el haber dejado toallas usadas en las duchas o la celebración de cenas de jugadores y personal con amigos y conocidos.
El estudio también destacó el riesgo de infección cuando los jugadores reciben instrucciones del cuerpo técnico sin mascarilla en los descansos a mitad de juego, una práctica no prohibida bajo las pautas actuales de la J-League, pero que podría revisarse.
La suspensión de actividades en el club conllevó el aplazamiento de otros tres partidos, cuyas nuevas fechas todavía están pendientes de anunciar y que planean reprogramarse durante la temporada.
La suspensión de los encuentros del Sagan complica el calendario de la J-League, que tras el parón de la competición durante cuatro meses por la pandemia, ha sido compactado con partidos cada 3 o 4 días para poder terminar las 34 jornadas a mediados de diciembre.
El fútbol profesional nipón se reanudó a comienzos de julio con una serie de medidas para evitar contagios entre futbolistas y personal de clubes, entre ellos la realización de test PCR cada dos semanas entre los mismos y la recomendación de evitar estrechar la mano, abrazarse o compartir botellas de agua.
Además, en la liga japonesa se permite la entrada de espectadores en las gradas con un tope de 5.000 personas por estadio.