“Agradecerle al club por darme esta posibilidad de venir a Brasil, al club más tradicional de Brasil. Es un club que tiene mucha historia”, dijo Díaz en rueda de prensa virtual en Rio de Janeiro.
El “Pelado”, de 61 años, aportará su holgada experiencia como entrenador para intentar revertir la complicada actualidad deportiva del cuadro carioca, que acumula seis partidos sin ganar y se ubica en la casilla 17 de la tabla de posiciones.
“Sabemos que el club (...) está en una zona de retrocesión, pero veo que tiene muy buenos jugadores, tiene todo para salir de esta situación”, agregó el exjugador.
El exseleccionador de Paraguay será el cuarto entrenador del equipo en lo que va de 2020, en el que se han presentado al menos 25 cambios de orientadores en el Brasileirao. Antes, en el Fogao, estuvieron Alberto Valentim, Paulo Autuori y Bruno Lazaroni.
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“Nosotros venimos para un proyecto y seguramente nos vamos a quedar por mucho tiempo”, confió Díaz.
Además, tras las salidas del español Domènec Torrent (Flamengo) y el argentino Eduardo Coudet (Internacional) el lunes, es el cuarto DT extranjero en el Brasileirao junto a su compatriota Jorge Sampaoli (Atlético Mineiro) y los portugueses Ricardo Sá Pinto (Vasco da Gama) y Abel Ferreira (Palmeiras).
Botafogo disputará el lunes un partido vital para alejarse del descenso contra el Bragantino, que también tiene 20 puntos pero lo supera en la clasificación por mejor diferencia de gol.
El argentino no dirigirá el encuentro porque viajará a Argentina para una “pequeña” cirugía el sábado. Según dijo, regresará a finales de la próxima semana a Brasil.
Díaz ganó siete ligas con River Plate y San Lorenzo en Argentina, y una con Al-Hilal en Arabia Saudita. También obtuvo una Copa Libertadores (1996) y una Supercopa Sudamericana (1997) con los ‘millonarios’.
Su último club fue Libertad de Paraguay, al que renunció a finales de septiembre por dos derrotas consecutivas ante Boca Juniors y Caracas en la Libertadores.
Hogar de leyendas brasileñas como Jairzinho, Nilton Santos o Garrincha, Botafogo enfrenta una complicada situación financiera.