9 de diciembre de 2015. Miércoles. Día con sol hasta que una tormenta azotó Asunción. En Sajonia, Cerro Porteño y Olimpia definían el torneo Clausura. El Ciclón era dirigido por Gustavo Florentín, mientras que el Decano conducía Francisco Arce. La remontada azulgrana y una irregularidad franjeada en el tramo final fueron las causas para que ambos igualen en puntos tras las 22 jornadas. Mano a mano, el ganador era campeón. Así como hoy, Éber Aquino, el referee.
Bajo una intensa lluvia y un Defensores con público, el partido tuvo una serie de sucesos polémicos. Diego Lugano adelantó a Cerro casi en el arranque, pero Aquino anuló el tanto por una mano de Enrique Borja, quien como jugador de vóley disputó un balón con Diego Barreto. Pero ningún escándalo fue más grande que el que recordará a continuación: mala salida de Cristian Álvarez, pelota al borde del área chica, remate a gol Miguel Paniagua y mano de Fidencio Oviedo.
El volante actuó como un portero, pero ni el asistente, que tenía de frente la jugada, y el árbitro principal vieron la acción, la más vergonzosa de los últimos clásicos. El error de los jueces hasta provocó el ingreso de Marco Trovato al palco de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) para increpar a Alejandro Domínguez. “Vos sos un hijo de p... No querés que Olimpia sea campeón. Bandido de mierda”, disparó el extitular del Decano contra el entonces presidente de la APF.
Las emociones y en referencia a los goles recién llegaron en el segundo tiempo. A los 50′, Fredy Bareiro rompió el marcador. Álvarez, de flojo rendimiento, dio un rebote dentro del área y el exCerro marcó el 1-0. Los balones aéreos fueron una pesadilla para el Ciclón. A los 62′, un tiro libre directo de Claudio Vargas rebotó en Víctor Hugo Marecos. El esférico, que iba en dirección contraria a la portería encontró el cuerpo de Lugano y volvió hacia el arco. No hubo reacción y fue el 2-0.
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La fiesta estaba encaminada para la coronación número 40. Es más, el rival quedó con diez con la expulsión, siete minutos después del segundo gol, de Marecos. El mejor escenario para culminar un campeonato sufrido. Pero aún quedaba más. A 15′ del final, Guillermo Beltrán descontó y Cerro empujó con la ilusión de empatar, pero el Decano aguantó y gritó campeón en el último clásico disputado entre semana. Hoy, vuelven a jugar cinco años después en un día que no sea sábado o domingo.