Un tiempo para cada equipo
Ambicioso el local, cauteloso el visitante. Con la alta presión ejercida, era lógico que Cerro Porteño sea el que mueva el tablero, aunque el gol llegó de la forma menos pensada.
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Agarrón de Cardozo a Espínola en el área tras un tiro de esquina no advertido por el árbitro. El VAR constató la irregularidad, dio aviso y Carlos Paul sancionó el penal que Claudio Aquino lo definió con tiro colocado.

El Decano necesitaba un cambio de postura. Tenía herramientas para jugar de una manera distinta. En su primera llegada igualó mediante un tiro libre. Fernández superó a Fernandes, de floja respuesta. La mala ubicación de la defensa ayudó al certero rematador franjeado.
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Luego del pequeño bajón anímico el Ciclón volvió a la normalidad, fue acumulando cargas hasta volver a ubicarse al frente en el marcador. Olveira había sacado un potente envío de carrizo, Ortiz ensayó una pirueta a modo de rechazo y el balón llovido fue conectado por Espínola de cabeza para superar al desacomodado portero uruguayo.
La fracción inicial se cerraba con la mínima ventaja azulgrana, justificada por el desempeño alegre y ofensivo, estimulado por su afición.
El segundo tiempo fue totalmente distinto, nivelado en principio y claramente favorable al Decano después. Con las energías que se fueron agotando, Cerro se fue quedando peligrosamente y sufrió mucho más luego de la expulsión de Cardozo Lucena por un pisotón sobre Hugo Quintana. Otra acertada de los jueces en cabina.
Con las modificaciones ofensivas, Olimpia exigió a Jean, que tuvo muy buenas respuestas, hasta que con un fantástico envío desde fuera del área de Quintana en tiempo adicional, se configuró el emotivo empate, que fue un premio al mejoramiento del elenco de Diego Aguirre.
Ese superado elenco franjeado de la fracción inicial, hasta estuvo a punto de ganar. El afloje inconsciente de Olimpia, como lo describió su propio conductor al justificar la discreta campaña en el certamen doméstico en comparación a la marcha en la Copa Libertadores, había quedado atrás. El peso de la camiseta y la máxima entrega sirvieron para amargar al tradicional adversario que necesitaba ganar para no perderle pisada al líder Libertad.
Olimpia terminó siendo el ganador moral del clásico, por su capacidad de recuperación. Cerro Porteño tenía la mesa servida, pero se complicó solo al quedar con 10. Ese equipo que suele llenar los ojos con los toques de precisión y calidad de Carrizo y Aquino, es totalmente vulnerable en defensa. Si bien Jean falló para el primer tanto, después de convirtió en el sostén de su conjunto que tuvo un bajón pronunciado. Vibrante espectáculo, con el Decano en modo aguafiestas. Lo mínimo que se puede esperar de un gigante.
Las claves
1- Con la expulsión de Ángel Cardozo Lucena por juego brusco grave se complicó el panorama para Cerro Porteño, de buen desempeño en el primer tiempo y con un pronunciado bajón en el segundo.
2- Con los cambios, de jugadores y figura táctica, Olimpia demostró una imagen mejorada. Con el empuje y la calidad de sus jugadores, rescató un punto de la Olla y hasta pudo haber ganado.
3- La defensa es un problema sin solución para el Ciclón de Facundo Sava. Errores frecuentes que hasta contagian a Jean Fernandes, quien se repuso del error en la primera anotación franjeada.
Arbitraje: El VAR, con un rol fundamental
El altoparanaense Carlos Paul Benítez Achar (38 años) dirigió su primer clásico en 99 partidos en la máxima categoría. Superó con calificación ajustada gracias al trabajo en equipo. El VAR fue clave, mediante el cual fue sancionado el penal y expulsado el local Ángel Cardozo Lucena.
