En un partido sin muchas ocasiones de gol, los australianos aprovecharon una de las suyas cuando en el minuto 32 el centrocampista Jackson Irvine robó un balón en la medular para cedérselo a Awer Mabil que avanzó unos metros para hacer un recorte y lanzar un derechazo que atravesó el marco defendido por el neozelandés Oliver Sail.
Nueva Zelanda no se echó atrás, pero no consiguió acercarse al área rival con peligro y el juego se fue tornando denso hasta el final.
Australia ha perdido solo uno de sus últimos diez partidos internacionales en el Suncorp Stadium, una derrota por 1-0 ante Corea (17 de enero de 2015).
