La victoria esta jornada del Stuttgart (2-1 ante el Borussia Mönchengladbach) obligaba a los hombres de Thomas Reis a sumar tres puntos si no querían descolgarse de la decimoquinta y última plaza que da acceso a la salvación. El Schalke, con un tanto en contra anotado por Marvin Ducksch en la primera parte, sufrió hasta el infinito para conseguir una victoria agónica y balsámica.
Con el reloj en contra, y cuando todo parecía perdido, apareció el neerlandés Sepp van den Berg para igualar el marcador a los 82 minutos después aprovechar un rebote dentro del área. El Schalke tenía un rato por delante para intentar la remontada y lo consiguió sobre la bocina.
Drexler, que entró en el terreno de juego a falta de un cuarto de hora para sustituir a Jere Uronen, marcó el que puede ser su gol más importante de la temporada y el cuarto en su cuenta particular. En el minuto 92, apareció por el área del Werder Bremen para recoger un centro del hispano-uruguayo Rodrigo Zalazar, recortar a su par y batir al portero Jiri Pavlenka.
Su acierto fue oro para el Schalke, que en un arranque final de orgullo evitó colocarse a tres puntos de la salvación. La aparición de Drexler dio una vida extra a su equipo, que aún sueña con una permanencia que tiene al alcance de su mano: sólo una unidad le separa de la gloria.
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