"Esto es un sueño. Esto es un sueño. Ninguno de los que íbamos a ver el Girona en Preferente podíamos soñar en ir a París en lugar de ir, con todos los respetos, al campo del Granollers, por ejemplo. Es un lujo. Esto es un lujo para nosotros. El solo hecho de estar aquí ya es histórico. No me lo puedo creer", asiente Lluís, un socio veterano, a las puertas del estadio del Paris Saint-Germain.
Cuenta que comenzó a seguir el Girona de la mano de su padre, Eugeni, ya fallecido, y se emociona: dice que su padre no se podría creer el feliz presente que vive el equipo catalán.
La temporada conjunto de Míchel Sánchez, tercer clasificado de LaLiga EA Sports, llegó hasta los 81 puntos, una cifra reservada hasta la fecha al Barcelona, el Real Madrid y el Atlético de Madrid, y se erigió en el club español que ha necesitado menos cursos en Primera División para alcanzar la máxima competición continental. Solo cuatro: 2017-2018, 2018-2019, 2022-2023 y 2023-2024.
"Esta competición era un sueño impensable para todos nosotros. Hace tres años jugábamos en campos humildes de Segunda y hoy nos vemos delante de equipos todopoderosos como el PSG, el Milan, el Liverpool o el Arsenal", suspira otro aficionado. A su lado está Pere, jubilado: "Lo que está pasando hoy es la demostración de que los sueños se cumplen".
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Se ven caras veteranas, pero sobre todo jóvenes de 20 o 30 años, en una clara e inequívoca muestra del crecimiento social, unido al deportivo, que ha experimentado el club catalán.
Dos jóvenes remarcan, en este sentido, el crecimiento "exponencial" que está viviendo el club y afirman, felices, que han pasado de visitar el campo del Numancia a volar hacia París.
"Es algo para recordar", argumentan. Les da la razón otro aficionado: "Hemos pasado de ver el Girona en campos pequeños como Palamós o Reus a viajar a París. Es un sueño hecho realidad".
Los aficionados han llegado en bus o en avión y se hacen ver por las calles de la capital francesa: primero con una concentración de más de cien hinchas en Trocadero, ante la Torre Eiffel, organizada por la peña 'Jovent Gironí', a las 12 del mediodía, y después con otra concentración aún más masiva en la Porte de Saint Cloud, ya por la tarde, para caminar todos juntos hasta el Parque de los Príncipes.
"Cuando yo era pequeño soñaba que el Girona ganaría al Madrid y también al Barcelona, un equipo luchador sin miedo a la derrota", claman entre bengalas rojas y petardos jóvenes y mayores.
A todos les une la pasión por el Girona, la fascinación por Míchel y sus jugadores y la sensación de estar viviendo un día "histórico", sin importar cómo acabe y el resultado final.
"Si nos meten cuatro nos iremos contentos igual. Esto es una fiesta. Es maravilloso", reivindican tres chavales que no deben llegar a la mayoría de edad.
A unos metros observan la escena Toni y Marc, padre e hijo. Dice Toni, el padre: "Esperamos volver a vivirlo porque es una cosa fuera de serie, pero si no volvemos a vivirlo que nos quiten lo bailado. Esto era inimaginable".