La difícil victoria, con un gol del delantero brasileño Riquelme a falta de 15 minutos para el final y pese a que jugó con un jugador a más gran parte del partido (y con dos a más al final) y a que desperdició un penalti, le permite al Gremio, como segundo del grupo, disputar un partido de repesca con uno de los eliminados de la Libertadores para intentar mantenerse en la Sudamericana.
El Tricolor de Porto Alegre necesitaba vencer, aunque también dependía de una derrota del Godoy Cruz para asumir el liderato y garantizar la clasificación directa a octavos, pero el conjunto argentino empató 2-2 con el Atlético Grau y, por su mayor diferencia de goles, confirmó su primer lugar y el avance a la próxima fase.
Concluida la fase de grupos, Godoy Cruz terminó primero con 12 puntos y saldo de cinco goles a su favor, Gremio segundo con los mismos puntos y saldo de cuatro goles, Atlético Grau (4) tercero y Sportivo Luqueño (2) último.
Ni los hinchas del Gremio confiaban en la combinación de resultados que le permitiese clasificar a octavos y tan solo 5.462 aficionados acudieron al estadio Arena do Gremio, el peor público para un partido en casa en lo que va del año.
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Pese a que aún tenia esperanzas de alcanzar la clasificación directa a octavas, el técnico del Gremio, Mano Meneses, optó por alinear a un equipo plagado de suplentes, en que la responsabilidad ofensiva quedó en manos del atacante uruguayo Matías Arezo, del centrocampista chileno Alexander Aravena y del extremo argentino Cristian Pavón.
Sportivo Luqueño, aunque ya estaba eliminado, aprovechó que contaba con un equipo con más experiencia para salir al ataque en la casa del conjunto brasileño y en los primeros cinco minutos Elvio Vera generó dos jugadas de peligro.
Pero los locales finalmente consiguieron organizarse, asumieron el control del partido y en el minuto 11 tuvieron la oportunidad de abrir el marcador tras un penalti definido por el VAR por falta sobre Arezo, pero el uruguayo falló el disparo.
Tras desperdiciar el penalti, el Gremio se lanzó totalmente al ataque, principalmente con jugadas de Aravena, Pavón y Nathan, pero, pese a que el conjunto paraguayo se limitó a defenderse, generó poco peligro para la portería de Mongelos.
En el minuto 37 Gremio quedó en ventaja numérica por la expulsión de Vera debido a una falta sobre Nathan y aprovechó esa superioridad para aumentar la presión sobre los visitantes.
El conjunto de Porto Alegre, sin embargo, falló en las finalizaciones, se estrelló contra un eficaz Mongelos que salvó al Sportivo Luqueño de varios goles y tuvo que irse a las duchas con un frustrante empate.
Gremio mantuvo su dominio en el segundo tiempo, pero siguió sin llegar con peligro, por lo que el técnico Mano Meneses reforzó el ataque con la entrada del atacante uruguayo Cristian Olivera, el centrocampista paraguayo Franco Cristaldo y el brasileño Riquelme.
Los cambios aumentaron aún más la presión de los locales y las opciones de gol, y dieron fruto en el minuto 29, cuando Riquelme, tras recibir una asistencia de Pavón desde la derecha, pateó de primera con la derecha y abrió el marcador para el conjunto brasileño.
Gremio intentó aumentar el marcador, especialmente porque a los 85 minutos quedó con dos hombres más en la cancha por la expulsión de Fernando Benítez, pero sus delanteros desperdiciaron numerosas y claras oportunidades.
