Disputados los dos partidos con la selección argentina, ambos como titular, tanto en el 0-1 contra Chile como en el 1-1 frente a Colombia, se sumó ya a la concentración junto a sus compatriotas Giuliano Simeone, Julián Alvarez, Ángel Correa y Nahuel Molina. También están ya a disposición del club Alexander Sorloth, Jan Oblak y Conor Gallagher.
Quinto por minutos del Atlético en este ejercicio hacia el Mundial de Clubes, sólo superado por Jan Oblak, Julián Alvarez, Antoine Griezmann y Marcos Llorente, tercero en choques disputados (50) y segundo mejor asistente, con nueve pases de gol a sus compañeros, sólo rebasado por los 10 de Griezmann, De Paul es el líder esta campaña de casi todas las estadísticas de distribución del grupo entrenado por Diego Simeone.
Nadie en la plantilla alcanza sus números en pases con éxito (2.172), seguido por Koke (1.994) y Pablo Barrios (1.718); envíos clave (34), por delante de Julián Alvarez (25) y Griezmann (22); al último tercio (434, 344 con acierto); al área (222, 117 con éxito, seguido por Griezmann con 157, 52 entregados); progresivos (456 y 383 certeros); profundos (81)…
Tampoco en pases que acaban en tiro (62) o en remate a portería (35), cuando el siguiente, su compatriota Julián Alvarez, tan decisivo también en este Atlético, suma 25, para describir el volumen de juego y de responsabilidad del centrocampista argentino, ya sea como medio centro o como interior, en la canalización y el paso de defensa a ataque.
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“Los números hablan por sí solos. Siempre que ha estado disponible, la mayoría de las veces ha jugado. Es un jugador importante en el centro del campo dentro del equipo, por su jerarquía y su personalidad, por lo que influye en el vestuario con sus compañeros”, expuso Diego Simeone, que lo ha alineado de inicio en 50 de los 51 encuentros disponible, con la única excepción del 0-2 al Vic, en la primera ronda de la Copa del Rey.
"Un jugador referente"
En 38 fue titular. “Sin ninguna duda, un jugador referente, que este año fue el mejor desde que nos está acompañando”, apuntaba el técnico argentino sobre el centrocampista, que mejora cualquier curso anterior en el Atlético en cada estadística que implica pases hacia adelante, con números parecidos o superiores a su último año en el Udinese, cuando dio el salto al estadio Metropolitano a cambio de 35 millones de euros por su traspaso.
Es un jugador sin recambio en este Atlético. Nadie tiene sus características ni su visión, intermitente en temporadas anteriores y más constante ahora, cuando de verdad se ha visto la versión que necesitaba su equipo, después de tres años de titubeos, hasta el punto de transformarse en una pieza indispensable. Quedó patente en el tramo decisivo, allá por marzo.
Cuando tanto esfuerzo hizo mella en todos, con tantos encuentros tan seguidos (de Paul fue titular en trece partidos del Atlético en apenas dos meses desde febrero a principios de abril), el Atlético lo pagó, especialmente al no tener una figura similar a él; por ejemplo en aquella derrota por 2-4 contra el Barcelona en la vigésimo octava jornada de LaLiga, tras la eliminación en los penaltis en la Liga de Campeones con el Real Madrid. Necesitó cambiarse en el minuto 79, desfondado por todo el despliegue físico anterior en los duelos precedentes.
Ahora encara el Mundial de Clubes tan indiscutible en el once como entonces contra el París Saint Germain y más allá.
Un paso más para De Paul, campeón del mundo en Qatar 2022, pero también una reválida cuando más y mejor ha jugado en el Atlético, cuando ha tomado más dimensión ofensiva y ascendencia en el vestuario para sentirse importante.
Tiene un año más de contrato, hasta el 30 de junio de 2026, a sus 31 años. “Seguramente ese año lo tenemos y después el club decidirá qué es lo que más conviene a los dos. En cuanto a lo personal, jugador importantísimo para nosotros”, expresó Simeone, que ha despertado al De Paul más concluyente.
