En el caso de Dimitrievski, éste firmó el pasado verano con el Valencia con la marcha de Giorgi Mamardashvili en el horizonte, pero al quedarse finalmente cedido apenas ha jugado.
Ahora, tras la marcha del georgiano, ha llegado Julen Agirrezabala y lo ha hecho con el favor del técnico Carlos Corberán y, además, con una cláusula en su cesión del Athletic que penaliza por minutos o partidos no disputados. El normacedonio tiene una campaña más de contrato pero la perspectiva de un segundo año en blanco le podría animar a buscar una salida.
También tiene un año más de contrato Cristian Rivero que regresa de su cesión al Albacete sin haber jugado demasiado y, por tanto, con pocos argumentos para pelear la titularidad.
Han regresado también de cesiones sin un gran resultado tanto Cömert como Cenk, que descendieron en la pasada campaña con el Valladolid. No obstante la salida de Yarek Gasiorowski traspasado al PSV y la cesión del prometedor Iker Córdoba al Mirándes puede dejar espacio para al menos uno. Si durante el verano saliera Cristhian Mosquera, los equilibrios podrían cambiar.
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En el caso de Sergi Canós y de Hugo Guillamón ambos ya estaban en el equipo la pasada campaña pero apenas contaron para Corberán, lo que les puede animar a buscar minutos en otros destinos. El agente de Canós admitió esta semana tras reunirse con el club que su futuro va a depender mucho de la opinión que tenga el técnico, así que ambos tratarán de convencerle en este periodo de preparación de su utilidad en una plantilla aún pendiente de varias llegadas.
