Las últimas cuatro temporadas del futbolista, de 27 años y con toda una carrera por delante, pueden resumirse como una mezcla de lesiones, físicas y emocionales, que dejaron tocado a una de las perlas de la cantera 'red devil' que ha cargado con el peso de las enormes expectativas de afición, entrenadores y directivos desde su debut hace ya casi diez años.
Pero su llegada a Birmingham, con el aval de Monchi y bajo la batuta de Unai Emery, ha vuelto a mostrar la cara de un deportista confiado gracias al protagonismo que le otorgó la libertad ofensiva que le regaló el técnico vasco y de la que le privó el exigente sistema de Rúben Amorim en Manchester.
Explosión
El rendimiento de Rashford, que ingresó en la cantera del United en 2005, fue prácticamente inmediato desde su debut con el primer equipo. En la goleada al Midtjyland danés en dieciseisavos de final de la Liga Europa (5-1) de la temporada 2015-16, el atacante inglés se presentó al mundo con dos dianas que sorprendieron a la afición.
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A quien no pilló desprevenido fue a un veterano Louis van Gaal que, tres días más tarde, lo sacó de inicio en un exigente partido ante el Arsenal en el que volvió a transformar dos goles que lo certificaron ya no como una opción de futuro, sino una muestra del presente goleador de este eléctrico futbolista.
Esa temporada terminó disputando 18 encuentros en todas las competiciones, se hizo con el título de la FA Cup y, de ahí en adelante, se convirtió en un indispensable para prácticamente todos los técnicos que se sentaron en el banquillo, hasta que, tras la Eurocopa de 2020, comenzó la caída de su rendimiento.
Caída
"Para mí, en el Manchester United, te desarrollan a un nivel en el que no sientes necesariamente la presión. Es más simplemente algo que tienes que vivir... Naturalmente, si estás a la altura de las expectativas, no tienes que lidiar con ninguna presión", relató Rashford a los medios del United en una entrevista en 2019 poco después de que su rendimiento comenzara a resentirse.
Esa misma temporada apareció el fantasma de las lesiones que le acompañó en los años sucesivos y que impacientaron a una afición, la 'red devil' y la de la selección inglesa, que depositó en él una expectativas que con el tiempo se desinflaron.
Desde su fallo en la tanda de penaltis de la final de la Eurocopa 2020, que aún le recuerdan en Inglaterra, su eficiencia y relevancia en el juego del United cayó en picado, incluso cuando los problemas físicos le respetaron. En la temporada 2023-24, y sin lesiones de por medio, tan solo anotó 9 goles en 49 partidos.
Renacimiento
La llegada en diciembre de 2024 de Rúben Amorim fue decisiva. El portugués no escondió sus deseos de deshacerse del que es aún uno de los símbolos del United, y en febrero lo envió cedido a un Aston Villa en el que se encontró de nuevo con su mejor fútbol.
"A veces un jugador es genial con un entrenador, y completamente diferente con otro entrenador", dijo Amorim poco antes de que se formalizara su cesión en una rueda de prensa en la que aseguró que no fue capaz de que "viera cómo se supone que hay que jugar al fútbol y entrenar" como él lo hace.
Cuatro goles y seis asistencias en 17 partidos con los 'villanos', con especial relevancia en Liga de Campeones, que hicieron que el mundo volviera a mirar a un Rashford al que se le presumía algo más de presencia en el Manchester United.
Pero Amorim, que criticó al entorno del futbolista y aseguró que no daba todo el rendimiento que se le presuponía en los entrenamientos, siguió en sus trece y le dejó claro que no tenía sitio en su equipo.
Y ahora el Barça
Ahora Hansi Flick tiene la ambiciosa tarea de enchufar a un Rashford que tendrá que sudar para conseguir minutos en el Barça. La polivalencia del inglés, capaz de jugar en las tres posiciones del ataque, permitirá liberar de minutos a Lamine y Raphinha en las bandas e incluso a Lewandowski en el centro.
Y eso que Rashford llega al Barça como tercera opción para reforzar el ataque. La primera era el colombiano Luis Díaz, del Liverpool, que fue descartado después de que el cuadro 'red' solicitara 80 millones de euros; y Nico Williams (Athletic Club) era la segunda, que se cayó ante las dudas del delantero por cuestiones de inscripción.