La expulsión de Egan Riley, por una entrada como último hombre a la media hora, condicionó el encuentro, en el que el Lyon asumió todo el dominio, pero se quedó sin tino sobre la portería rival hasta prácticamente el final, frente a un Marsella replegado, que también dispuso de ocasiones y contragolpes para ganar el duelo en la segunda parte.
Sin embargo, ya en el minuto 88, un rebote en el larguero y un posterior remate fue introducido en su propia portería por Balerdi en su intento de despeje.
