Aunque la volea de Jajá en el minuto 90 simboliza el éxito del Pafos sobre el césped, el verdadero motor de la transformación del club se encuentra varios peldaños más arriba, en sus despachos, donde aparecen dos nombres clave en la evolución de una entidad que en 2014 no era nada y ahora lo es todo.
El hombre que lo empezó todo fue Christakis Kaizer. Es el gran revolucionario silencioso que hace ya más de una década decidió acabar con la división de los dos clubes de la ciudad: el AEK Kouklia y el AEK Paphos. Kaizer, presidente del AEK Kouklia, apostó por unir fuerzas para caminar con fortaleza hacia la elite.
Logró terminar con la rivalidad de dos equipos cuyos logros en la historia del club chipriota habían sido hasta ese momento nulos. De hecho, el AEK Kouklia, fundado en 1968, disfrutó de su mayor éxito con un ascenso a la Primera División de Chipre por primera vez en la temporada 2012/13.
El Pafos fue el producto final de la fusión; y una ciudad de 35.000 habitantes, antes dividida futbolísticamente, se convirtió en una suerte de Villarreal que inició su crecimiento de la mano de un empresario de la construcción y del desarrollo inmobiliario como Kaizer.
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Poco dado a prodigarse en los medios de comunicación, Kaizer, desde el silencio, saneó la economía del club y tardó dos temporadas en colocarlo en la Primera División de Chipre. En la 2016/17 se asentó en la categoría y alcanzó las semifinales de Copa. Todo un éxito para una entidad que apenas tres años antes no era casi nada.
Entonces, apareció la otra figura clave en la evolución del Pafos: el empresario Roman Dubov. En 2017, el club pasó a manos de TSI Invests, un consorcio de empresarios rusos y británicos vinculado a Total Sports Investments, compañía ligada al británico de origen ruso Roman Dubov.
En aquel momento, el representante del grupo en Chipre, Christos Glykys, asumió brevemente la presidencia como representante del grupo inversor antes de que Dubov tomara el control total. Su rol fue administrativo para dirigir la transición hasta que Dubov se convirtió en la cabeza pensante que llevó al Pafos hacia su profesionalización real.
Entre 2017 y 2025, el Pafos renovó su ciudad deportiva por completo, mejoró su estadio (el Stelios Kyriakides), apostó fuerte por la cantera con el fomento de talentos locales y programas juveniles, firmó a entrenadores con experiencia internacional y promocionó constantemente a su club entre los más jóvenes para generar una afición fiel.
"Cuando invertimos en el Pafos en 2017, la visión era clara: queríamos crear algo nuevo, competitivo y sostenible; no solo un club de fútbol, sino uno que pudiera contribuir a la comunidad. Chipre tiene una gran pasión por el fútbol y en Pafos creíamos que teníamos la oportunidad de construir algo desde cero. Elaboramos planes a diez años", declaró en una entrevista a 'Invest Cyrus' en 2025 tras ganar la Liga por primera vez en su historia.
Aquel título era algo impensable pocos años antes. Pero el siguiente paso, codearse con los grandes clubes de la Champions League, parecía una auténtica quimera. Sin embargo, bajo el mando del entrenador español Juan Carlos Carcedo desde 2023, logró colarse entre los mejores tras eliminar en la fase de clasificación al Maccabi Tel Aviv, Dinamo de Kiev y Estrella Roja.
Y ese gol de Jajá en el minuto 90 del segundo partido ante el conjunto serbio fue la cúspide de un trayecto hacia la cima que duró más de una década. El brasileño recogió los frutos de la gloria en un largo camino que iniciaron Kaizer y Dubov.
El primero, con la unión de una ciudad en un mismo club; y el segundo, con un proyecto visionario a largo lazo que culminará este miércoles con el enfrentamiento ante el Olympiacos en la Fase de la Liga de la 'Champions', el pistoletazo de salida de una serie de choques europeos que hace una década sólo aparecían en los sueños de algún loco aficionado de la costera ciudad de Pafos.
