“Hay una parte de incógnita porque es el primer día de un nuevo entrenador, al que también hemos analizado pero no sabemos lo que nos va a pasar porque será su primer día en el Oviedo”, indicó este viernes durante su larga comparecencia ante los periodistas.
En este sentido, apuntó que el Oviedo, equipo del Grupo Pachuca, es un rival “herido”, que aprieta “mucho” en su estadio, donde viene generando “muchas ocasiones” durante sus partidos.
“El Oviedo tiene muchas cosas buenas, lo que pasa es que no ha tenido la suerte de acertar en el área. Es verdad que el último partido en Sevilla no fue nada bueno, pero el cambio de entrenador siempre te cambia la energía. Ya no sé si a nivel táctico o no, pero en cuanto a energía seguro que cambiarán. No sé a la altura a la que van a querer defender, en ese componente defensivo tenemos un poco de incertidumbre”, afirmó.
El técnico celeste, que pierde por lesión para el partido en el Carlos Tartiere al delantero Borja Iglesias, asumió su parte de culpa por la eliminación copera ante el Albacete, y defendió a su plantilla.
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“Con el primero que soy crítico es conmigo mismo y lo focalizo en mí porque soy el responsable total cada vez que perdemos un partido. Si no veo la intención o la intensidad que yo tenía en mi cabeza, soy el responsable por no haberlo trasladado bien. Me encanta mi plantilla, me encantan mis jugadores y confío en ellos”, afirmó.
Giráldez lamentó que su equipo sólo haya tenido “medio entrenamiento” para preparar el último partido de 2025, e incidió en que ahora “no es momento” para hablar del mercado invernal de fichajes.
“Lo único que puedo decir es que me mantengo en mi pensamiento de principio de temporada. Confío plenamente en la plantilla que tengo y sé que la podemos corregir, pero lo que me interesa es que no se debilite. Estamos en una posición privilegiada en las dos competiciones que nos quedan y ahí nos tenemos que centrar”, concluyó.
