Thiago Cáceres lleva sobre espalda la pesada mochila de ser hijo del entrenador del Sportivo Luqueño, Julio César Cáceres, de rica trayectoria en el fútbol. Su misión es demostrar que milita por capacidad y no gracias al progenitor.
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Surgido en las formativas de Olimpia, Thiago militó igualmente en Fernando de la Mora, en la División Intermedia, hasta que se acopló a Luqueño, coincidente con la llegada de su padre para cumplir su segundo ciclo como conductor del Chanchón.
Si bien las comparaciones son odiosas, el entrenador dijo que Thiago es un zaguero zurdo, con mucha técnica, pero que debe ir creciendo con el rigor de la marca y sobre todo en el juego aéreo, que es esencial para el puesto de marcador central.
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Pese a las numerosas bajas con las que cuenta, el Sportivo logró en la Ciudad del ñandutí una gran victoria frente a la Academia, que llegaba al duelo invicta. Las anotaciones auriazules fueron señaladas por Walter Rodríguez y Brahian Ayala. El descuento llegó en tiempo adicional mediante un cabezazo de Hugo Adrián Benítez, al aprovechar un error de cálculo del experimentado golero Alfredo Aguilar.