Los dos equipos finalistas cumplieron con los favoritos, ya que son miembros de pleno derecho de las Series Mundiales, el principal circuito internacional de rugby 7, y lideraron como invictos sus respectivos grupos con un diferencial de puntos superior al centenar, tal fue la superioridad ejercida frente a sus rivales.
En su semifinal, Francia dominó sin remisión a Samoa (31-0), que no pudo anotar ni un solo puntos contra los cinco ensayos de los goles, gracias a sendos dobletes de Jean-Pascal Barraque y Terry Bouhraoua y a una anotación de Remi Siega.
Irlanda tampoco conoció mayor dificultad en su semifinal contra Hong Kong (28-5), ya que cobró una cómoda renta con dos ensayos de Jordan Conroy -máximo anotador del torneo- y uno cada uno para Foster Horan y Harry McNulty antes de que los asiáticos obtuviesen el premio a su insistencia con una marca de Liam Herbert.
La final masculina fue el partido más emocionante e igualado del fin de semana, un duelo en el que se adelantaron los isleños mediante Terry Kennedy aunque Francia le dio la vuelta al marcador antes del descanso gracias a los ensayos de Stephen Parez y Paulino Riva.
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Tras el descanso, Irlanda monopolizó el oval, lo que facilitó el trabajo a su velocista Conroy, autor de un doblete, y al poderoso delantero McNulty, que selló la victoria de su equipo antes de que Bouhraoua acortase distancias (28-19) con el reloj ya a cero.
Así, competirán en rugby y en los próximos Juegos Olímpicos de Tokio Japón, la selección anfitriona, Nueva Zelanda, Australia, Fiyi, Canadá, Estados Unidos, Argentina, Corea del Sur, Gran Bretaña, Kenia, Sudáfrica e Irlanda.