Cristian Ribera, el 'cerdo loco' del esquí de fondo brasileño

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David RamiroRedacción deportes, 9 mar (EFE).- El brasileño Cristian Ribera, apodado 'cerdo loco' por su afición por el Palmeiras, club de fútbol conocido como 'Porco', afronta en Pekín (China) sus segundos Juegos Paralímpicos, a los que acude como máximo estandarte de los deportes de nieve de su país.

Cristian Ribera (Cerejeiras, 1992) y su familia son de Rondonia, un estado del norte de Brasil que es parte del Amazonas y limita con Bolivia.

El joven brasileño nació con artrogriposis, una enfermedad congénita que causa acortamiento de músculos, tendones y articulaciones y que le ha obligado, desde niño, a someterse a veintiún operaciones en las piernas.

Al nacer, los médicos le dijeron que si no seguía el tratamiento adecuado podría empeorar de su enfermedad e incluso llegar a fallecer. Esos cuidados solo podría recibirlos en el otro lado del país, en Sao Paulo. Su madre, Solange Ribera, no lo dudó. Decidió dejar a sus otros hijos y a su marido y llevarse a Cristian a la ciudad paulista, a 3.000 kilómetros al sur.

Se hospedaron en casa de unos familiares en Jundiaí, una ciudad a una hora de coche de Sao Paulo, a la que iban cada día para realizar el tratamiento médico. Unos años más tarde la familia se reunió en la gran ciudad.

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El deporte llamó a la puerta de Cristian Ribera muy pronto. Practicó atletismo, natación o tenis en silla de ruedas, pero a los 13 años, en 2015, cuando la Federación de Deportes de Nieve de Brasil hizo una presentación en Jundiaí sobre el esquí sobre ruedas, quedó enamorado.

Un año después vio la nieve por primera vez en Suecia y empezó a competir en esquí en diciembre de 2016. Desde entonces su carrera ha ido en progresión, pese a que apenas puede entrenar en nieve, salvo en algunas ocasiones que va a otros países.

En un país con pocos medios y escasa estructura para los deportes de invierno, Ribera se siente "casi un pionero". Compite sobre una silla que va enganchada en unos esquís y, como recalca, espera que su "imagen sirva para mostrar a otros deportistas de países que tampoco tienen nieve que siempre hay alternativas si realmente quieres".

En 2018, en PyeongChang (Corea del Sur), cumplió el sueño de debutar en unos Juegos Paralímpicos. Lo hizo con un sexto puesto en los 15 kilómetros de esquí de fondo para discapacitados físicos, en lo que supuso el mejor resultado en una edición invernal de un brasileño en unos Juegos Olímpicos o Paralímpicos.

Antes de la hazaña de Ribera, la mejor posición de un brasileño en unos Juegos de invierno era el noveno puesto logrado por Isabel Clark Ribeiro en snowboard cross en los Juegos Olímpicos de Turín 2006.

Su progresión estos últimos cuatro años ha ido en aumento, pese que la preparación para estos Juegos, especialmente los dos últimos años, no ha sido fácil. La pandemia de la COVID-19 le obligó estar confinado en casa cuatro meses, en los que para no perder la forma muscular realizó entrenamientos en estático levantando bolsas de frijoles y arroz.

El trabajo ha dado resultados en este ciclo desde Corea. Logró la primera medalla en Copa del Mundo en diciembre de 2018, concluyó segundo de la clasificación general mundial de su categoría en esquí de fondo en 2021 y ganó la medalla de plata en velocidad del último Mundial en Lillehammer (Noruega) en la categoría de deportistas sentados.

En Pekín no ha podido cumplir el sueño de la medalla. En la carrera de larga distancia de esquí finalizó decimoquinto y en la de sprint quedó eliminado en semifinales.

Cristian Ribera es apodado 'Cerdo loco'. "Soy hincha del Palmeiras -equipo de fútbol brasileño de San Pablo conocido como Porco- y cuando empecé a patinar un profesor me regaló una camiseta verde. Tenía un símbolo escrito que decía 'Porco Loco', así que mis amigos empezaron a llamarme así. Puedo decir que este es mi apodo en el mundo del skateboard y me encanta", declaró el deportista brasileño en una entrevista a la web del IPC.

El segundo nombre de Ribera es Westemaier, en homenaje a su bisabuelo, que era alemán. "Durante la Segunda Guerra Mundial vino a Brasil para intentar tener una vida mejor y de ahí el nombre, pero mis genes más fuertes son brasileños".

La familia Ribera está volcada en el deporte. Su hermana menor, Eduarda Ribera, de 17 años, debutó en los recientes Juegos Olímpicos de invierno de Pekín compitiendo en el esprint individual de 10 kilómetros en estilo clásico, en el esprint de estilo libre y en el esprint clásico por equipos.