Orlando Pérez, el puertorriqueño que sueña con la nieve

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David RamiroRedacción deportes, 13 mar (EFE).- Orlando Pérez Luna ha hecho historia en Pekín al convertirse en el primer atleta paralímpico de Puerto Rico en participar en unos Juegos de invierno. Su ambición no le ha permitido lograr una medalla pero sí dar visibilidad a un deporte sin arraigo en su país, pero con el que espera haber plantado una semilla que florezca en más deportistas puertorriqueños.

Orlando Pérez (Caguas, Puerto Rico; 1975) comprobó cómo su vida cambió a los veinte años al sufrir un accidente tras caer desde una pared de entrenamiento en Fort Jackson, en Carolina del Sur, mientras trabajaba en el ejército de los Estados Unidos.

Esa caída provocó que desarrollara un tumor en la columna vertebral que, al ser tratado, derivó en una paraplejía y le hizo quedarse en silla de ruedas.

En su nueva vida no había espacio para esos partidos de fútbol con sus amigos que tan feliz le hacían en Villa del Rey y tuvo que adaptarse a ir a todas partes sentado en una silla de ruedas. Aún así nunca dejó de pelear por salir adelante.

El camino de la recuperación no fue fácil. La depresión y la ansiedad aparecieron de forma recurrente en su vida pero gracias al apoyo de diversas asociaciones consiguió salir adelante con el deporte como herramienta terapéutica. Conoció el baloncesto en silla de ruedas en 1999 gracias a su esposa y, aunque en principio no le motivaba, lo probó y se enganchó.

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"Pensé que era un juego que daba lástima. Pensé que era un montón de gente en sillas de hospital corriendo lento, pero cuando vi los choques, la velocidad y la motivación de todos, me atrapó", dijo Ortiz, en una entrevista en 2012 al Comité Paralímpico Internacional.

Orlando Pérez jugó con la selección nacional durante dieciocho años, siempre sin perder de referente a uno de sus ídolos, José 'Piculín' Ortíz, que llegó a jugar en la NBA y en España.

Con la selección de Puerto Rico ganó varias medallas en torneos internacionales y fue abanderado en la Copa América 2017, justo antes de decidir dejar la pelota de baloncesto y dedicarse al esquí, un deporte poco común en Puerto Rico, donde jamás nieve.

De hecho, Puerto Rico tiene un clima tropical cálido-húmedo, con una temperatura media anual de 26 grados y con precipitaciones distribuidas durante todo el año.

En Pekín, Orlando Pérez ha cumplido un sueño y ha hecho historia. Ha sido el primer puertorriqueño en participar en unos Juegos Paralímpicos de invierno, a los que llegó con "orgullo y sin miedo", como dijo antes de la ceremonia de inauguración, en la que mostró su ambición hablando de la posibilidad de ganar una medalla.

Sin embargo, sus deseos no se han podido cumplir. En la prueba de eslalon gigante se cayó cuando faltaban cuatro puertas para concluir el descenso, y en eslalon fue descalificado.

"Aunque no pude terminar las carreras estoy orgulloso porque di todo y he hecho historia. Ojalá en el futuro haya más deportistas de invierno para representar a Puerto Rico", declaró Orlando, al término de su última prueba.

En la ciudad china ha estado acompañado por Víctor Rivera, el jefe de misión de la delegación puertorriqueña, con el que ha compartido confidencias y mucho trabajo los últimos tiempos, al igual que con la entrenadora Hillary Sapp.

Para todos ellos Pekín siempre será una ciudad especial. Será la ciudad en que hicieron historia y plantaron una semilla que esperan que dentro de cuatro años, en Milán-Cortina d'Ampezzo, siga dando sus frutos.