El directivo -designado el pasado lunes como presidente de la Federación Cubana de Béisbol (FCB)- declaró a la prensa que lograr un vínculo estable garantiza "el flujo natural de jugadores cubanos hacia y desde ese circuito".
El béisbol, declarado Patrimonio Cultural de Cuba, no pasa por su mejor momento en décadas y esa crisis se ha reflejado en un éxodo sin precedentes de jugadores.
De acuerdo con el diario oficial "Trabajadores", un total de 635 beisbolistas han abandonado el país en los últimos seis años (la cifra contempla salidas con y sin permiso del Estado).
Al respecto, el funcionario cubano consideró que el acuerdo entre la MLB y la FCB firmado en 2018 -desactivado por el expresidente Donald Trump- era una "herramienta eficaz contra la emigración ilegal, el tráfico de personas y otros riesgos para nuestros peloteros y sus familias".
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En ese escenario, comentó, "nuestros jugadores han vuelto a verse ante la disyuntiva de caer en manos de traficantes de personas a riesgo de sus vidas; de incurrir en otros delitos, endeudamientos y alianzas desventajosas con quienes les financian esos procesos".
La anulación del acuerdo hecha por Donald Trump "demostró la politización del deporte por parte del gobierno de Estados Unidos", según Pérez.
El directivo comentó además que la Federación defiende "una relación respetuosa con los jugadores cubanos insertados en otras ligas".
Mencionó que aquellos que juegan en la MLB "no constituyen excepciones en el propósito de la FCB de convocar a jugadores cubanos residentes en el exterior para determinados compromisos internacionales".
