En un acuerdo conjunto que contó con la presencia de 22 países, los líderes expresaron su "plena" confianza en la capacidad del país del Golfo para organizar una edición "sobresaliente" y rechazaron "las maliciosas campañas de tergiversación y escepticismo".
Catar, cuyo emir Tamim bin Hamad al Thani solo asistió durante la primera jornada de este miércoles, ha sido blanco de numerosas críticas por abusos laborales contra los miles de trabajadores migrantes que participaron en la construcción de las infraestructuras, de los cuales al menos 6.500 habrían perdido la vida según una investigación del diario británico The Guardián.
La pasada semana el Gobierno de Catar negó la información publicada en un polémico informe de Human Rights Watch (HRW), que acusó a las autoridades locales de reprimir y detener a las personas de la comunidad LGBT, y defendió que "no tolera la discriminación contra nadie".
Por su parte, Amnistía Internacional (AI) ha propuesto un programa de indemnizaciones por valor de 440 millones de dólares destinado a quienes sufrieron abusos laborales durante los preparativos de la Copa del Mundo. Un monto que equivale a la dotación en premios de este torneo aunque se estima que la FIFA obtendrá beneficios por más de 6.000 millones de dólares.
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