La Federación de Rugby de Hong Kong (HKRU, siglas en inglés), organizadora del torneo, estimaba en más de 30.000 las almas disfrazadas que enfrentarían en este primer día todas las medidas antipandémicas para presenciar el evento.
Pero ya sea por las restricciones ocasionadas por la covid o por el clima tras el reciente paso del tifón Nalgae, los aficionados en las gradas del recinto no alcanzaron el 85 % del aforo permitido por las autoridades locales.
Unos seguidores que pudieron animar a las 15 mejores selecciones de esta modalidad, entre las que se encuentran Argentina, España y Uruguay, junto al combinado local, invitado de honor para la ocasión.
Una primera jornada que en el ámbito deportivo no deparó grandes sorpresas, con los Pumas argentinos, la 19 veces entorchada en Hong Kong Fiyi y los vigentes campeones y subcampeones de las Series Mundiales, Australia y Sudáfrica presentando sus candidaturas.
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MONETA GUÍA A LOS PUMAS
Un viernes reservado para los primeros partidos de 14 minutos correspondientes a cada uno de los cuatro grupos de la serie para entrar en calor.
En la primera ronda de choques, Argentina dejó claro que empieza esta temporada como acabó la anterior, dispuesta a todo ganándole 36 a 0 al combinado canadiense con Marcos Moneta anotando dos ensayos en su segunda visita a la antigua colonia británica.
“Debuté en Hong Kong contra Fiyi en un partido muy duro. La gente y el estadio son maravillosos, me encanta estar aquí”, declaró Moneta tras ser nombrado mejor jugador del partido.
Su rival para luchar por el primer puesto en el grupo D será Irlanda, que con Jordan Conroy a la cabeza se impuso a Kenia por 28 a 12.
El VII del León español abrió su participación en el grupo C frente a Estados Unidos, en un duelo muy igualado que se resolvió en los últimos compases a favor del combinado estadounidense, que cerró el marcador con un 15 a 14 favorable.
Pero la gran favorita para alzarse con su vigésima corona hongkonesa, la oceánica Fiyi, empezó en el citado grupo con el pie en el acelerador contra una Japón, que consiguió sorprender con el primer ensayo del encuentro, para después sucumbir 59 a 12.
GRAN BRETAÑA LEJOS DEL OLIMPISMO
Los partidos de la segunda tanda presenciaron el debut de la selección de Gran Bretaña, unión en el rugby siete de Inglaterra, Escocia y Gales con el objetivo de trabajar un grupo que participe en los próximos Juegos Olímpicos, de los cuales las Series Mundiales son un clasificatorio.
Un estreno que muestra que a los británicos les queda mucho por hacer tras la victoria francesa por 34 a 0, lo que coloca a los galos como principales contendientes en el grupo B junto con Sudáfrica.
Los “Blitzboks”, actuales subcampeones de las Series Mundiales, pero nunca coronados en Hong Kong, se impusieron cómodamente 21 a 0 a los Teros uruguayos, en el estreno para los sudamericanos de su condición de miembro fijo tras ganar el Challenger Series de 2022.
Con el estadio al completo cantando “Sweet Caroline” de Neil Diamond, dio inicio el choque entre los vigentes campeones de las series, Australia, y el combinado local de Hong Kong, invitados para la fiesta en la que la ciudad necesita ganarse nuevamente la confianza del mundo.
Los “Wallabies” ganaron por 43 a 0 a pesar tener al público alentando cada ataque hongkonés, mientras que en el otro envite del grupo A, Samoa se impuso en el duelo oceánico a Nueva Zelanda tras aprovechar dos superioridades numéricas y cerrar el electrónico con un 24 a 0.
DE MENOS A MÁS EN LAS GRADAS
Uno de los principales temores de la organización era el de saber cómo podrían afectar las medidas contra la covid de la ciudad semiautónoma al torneo y a los aficionados.
El ambiente en los graderíos empezó frío, con más espacios vacíos que ocupados y con los vigilantes en pos de las mascarillas recordando constantemente a los presentes que debían colocársela adecuadamente si no estaban bebiendo o comiendo.
Pero en cuanto pasaban las horas y se llenaban los asientos, el ambiente festivo que siempre domina el evento deportivo más importante de Hong Kong hizo que los cubrebocas desaparecieran y los abrazos con cerveza en mano empezaran.
Aun así, algunos seguidores sudafricanos, de los pocos venidos desde el extranjero este año en comparación con el 50 % de lo que era normal antes de la pandemia, se quedaron a las puertas del estadio al no ser conocedores de la regla del “0+3” que rige las llegadas a la urbe.
La aplicación que monitorea las medidas anticovid mostraba que se hallaban aún en los tres días dedicados a la vigilancia, lo que los dejó sin poder acceder al recinto donde se celebraban los partidos, ni a los bares y restaurantes donde se retransmitían.