El torneo, cuya franquicia contó hasta 2020 con la participación de clubes de Sudáfrica, Argentina y Japón, estaba en riesgo ante la amenaza de retirada de los cinco equipos australianos, que lo conforman junto a cinco conjuntos neozelandeses, uno fiyiano y otro compuesto por jugadores de varias naciones insulares del Pacífico.
Tras meses de negociaciones, los órganos rectores alcanzaron un pacto para renovar el torneo, con un reparto equitativo de los ingresos procedentes de los derechos de televisión y la creación de un junta directiva con mayoría de miembros independientes.
"Esta asociación a largo plazo brinda estabilidad y continuidad que necesita la competición y los clubes de Super Rugby para hacer crecer este deporte en importancia en toda la región", remarca el director ejecutivo de la federación Rugby Australia, Andy Marinos, en un comunicado conjunto con su homólogo neozelandés.
"Con este acuerdo hemos entrado en una nueva era emocionante para el rugby en la región del Pacífico" señala, por su parte, Mark Robinson, de Rugby Nueva Zelanda.
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La crisis sanitaria a raíz de la pandemia de la covid-19 obligó a cancelar en 2020 el torneo Super Rugby, que incluía a cuatro equipos sudafricanos, uno argentino y otro japonés.
En 2021, el torneo fue reemplazado por un campeonato conformado solo por diez equipos de Australia y Nueva Zelanda, mientras que este año -cuando se le añadió al campeonato la nomenclatura Pacific- se incorporó al conjunto fiyiano y un combinado de isleños del Pacifico.
Las federaciones australianas y neozelandesas indicaron en su comunicado conjunto que estudiarán en el futuro una posible ampliación del número de equipos.