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Castillo, quien aspiraba a un salario de 3,2 millones de dólares, se tendrá que conformar con los 2,9 millones que le ofrecía el equipo.
Como lo establece las Grandes Ligas, ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo, las partes acudieron a una audiencia de arbitraje salarial en la que Castillo y los Marineros expusieron sus argumentos.
Los jueces Richard Bloch, Melinda Gordon y Brian Keller, al conocer el proceso, fallaron a favor del conjunto de Seattle.
Entre los puntos que son evaluados en esta audiencia se encuentran, la contribución del jugador al club en términos de rendimiento y liderazgo, logros especiales como apariciones en el Juego de Estrellas u otra clase de premios, el lugar ocupado por el equipo en la tabla de posiciones, así como el desempeño del jugador en la postemporada.
Otro de los factores a considerar en este proceso es la comparación entre jugadores de varios equipos con tiempo de servicio similar y con salarios comparables.
La pasada temporada Castillo tuvo marca de 7-3, con porcentaje de carreras limpias de 3.64 en 59 presentaciones, en las que finalizó 23 partidos y logró siete salvamentos, para contribuir de esta manera a que los Marineros avanzaran a la postemporada por primera vez desde la campaña de 2001.