La decimoséptima edición de esta 'clásica del sterrato', aunque sin grandes nombres como Pogacar o Van Aert, reunió a ocho de los últimos nueve campeones, con Van der Poel y Alaphilippe como grandes figuras a tener en cuenta. Sin embargo, fue uno de los aspirantes el que centró los focos con una brillante escapada que le permitió encarar la Piazza del Campo de Siena en solitario, con los brazos en alto, saboreando su primer triunfo en una clásica, la cuarta victoria de su palmarés.
El recorrido de 184 kilómetros comenzó sin sobresaltos, intercalando las reconocibles calzadas blancas de tierra que dan nombre a la competición con los tramos de carretera. Entre el polvo generado por las ruedas, emergió el español Iván Romero, del Movistar, en su debut en la Strade Bianche, para liderar la primera fuga considerable, a 91 km de la meta.
Se colocaron Iván Romero y sus dos acompañantes en esta fuga, De Marchi (Jayco) y Bystrom (Intermarché), a casi cinco minutos del pelotón en el que rodaban los favoritos, agazapados esperando el momento justo para dar la pedalada clave.
Mientras el pelotón recortaba a los escapados, con Iván Romero pugnando por mantener la fuga, llegó la caída de su compatriota Carlos Rodríguez (Ineos) a falta de 63 km que, aunque pudo reincorporarse fácilmente, no terminó de reengancharse al ritmo de los candidatos a la victoria un año después de rubricar una gran actuación en estas mismas carreteras, en la que se midió a Pogacar casi hasta el final.
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No pudo aguantar Romero, a sus 19 años, el ritmo que él mismo había impuesto y se cayó de la cabeza de carrera justo dos kilómetros antes de que el protagonista de la tarde en Siena empezara su particular exhibición. Atacó en un descenso el británico, con velocidad, aprovechando la pendiente para escaparse del pelotón en la grava.
En un visto y no visto se colocó rueda con rueda con De Marchi y Bystrom, que se habían adjudicado el liderazgo de la fuga hasta la llegada del joven británico, que no dejó de tirar. El ataque de Pidcock provocó a un Van der Poel que intentó sorprender con un ataque infructífero pero que generó que Pello Bilbao siguiera su estela y formara un nuevo grupo reducido que se colocó a tan solo veinte segundos de la cabeza de carrera.
Pero la carrera ya estaba vista para sentencia. Así lo quiso Pidcock, que poco se preocupó de mirar hacia atrás sabedor de que con ese ritmo era imposible que alguien le diera caza.
Todos los cambios se dieron por detrás del líder. Los pelotones se unieron, recortaron tiempo, se volvieron a alejar. Bilbao logró un valioso séptimo puesto. Una carrera movida en la parte perseguidora, imperturbable en la cabeza, con Pidcock consagrándose como uno de los ciclistas a tener en cuenta para la temporada.
Gestionó las últimas subidas del Colle Pinzuto y se introdujo ya en el último kilómetro con casi treinta segundos de margen, jaleado por el público italiano que celebró la victoria de una nueva perla del ciclismo, que con 23 años ya atesora una etapa del Tour de Francia y una Strade Bianche, además de un campeonato del mundo del ciclocrós o una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 en la modalidad de campo a través.
Clasificación final:
1º Thomas Pidcock (GBR/Ineos) 4h:31:41
2º Valentin Madouas (FRA/Groupama) a 20
3º Tiesj Benoot (BEL/Jumbo) 22
4º Rui Costa (POR/Intermarché) 23
5º Attila Valter (HUN/Jumbo) m.t.
6º Matej Mohoric (ESL/Bahrain) 34
7º Pello Bilbao (ESP/Bahrain) 1:04
8º Romain Grégoire (FRA/Groupama) 1:18
9º Davide Formolo (ITA/UAE) 1:23
10º Andreas Kron (DIN/Lotto) 1:35.
