"Hemos tomado la decisión de que el Gobierno debe abordar las quejas de los luchadores y el presidente (de la federación) debe ser arrestado; de lo contrario iremos con los luchadores a Nueva Delhi el 9 de junio y celebraremos asambleas en todo el país", dijo este viernes uno de los líderes campesinos, Rakesh Tikait, al término de una reunión.
Esta asamblea regional tuvo lugar un día después de que el colectivo de campesinos anunciase su máximo apoyo a los deportistas de élite indios en sus protestas contra el político y presidente de la WFI, Brijbhushan Sharan Singh, al que acusan de haber abusado sexualmente de varias de sus compañeras.
Unos abusos que también cometieron varios entrenadores de la federación, que fueron mantenidos en sus puestos a pesar de que Singh era consciente de los hechos, según los deportistas.
Sin embargo, el presidente de la federación ha defendido su inocencia y ha tachado las acusaciones de una conspiración política, afirmando que se ahorcará si resultan probadas, por lo que se ha negado a renunciar al cargo como exigen los luchadores.
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En el marco del apoyo de los campesinos a los deportistas, Tikait anunció ayer que uno de sus representantes se reunirá con la presidenta india y con el Gobierno para tratar las quejas de los atletas, que comenzaron el pasado enero y se intensificaron en abril con una acampada en la capital india, al considerar que la investigación se encuentra estancada.
Este líder campesino fue el rostro más visible del victorioso pulso que mantuvieron durante un año los agricultores contra el Gobierno indio, entre noviembre de 2020 y de 2021, para reclamar la derogación de una reforma agraria que, a su juicio, favorecía a las grandes corporaciones.
En caso de que el Gobierno no cese a Singh antes del 9 de junio, los campesinos advirtieron de que se manifestarán en el "manifestódromo" de Jantar Mantar, en Nueva Delhi, junto con los luchadores, omitiendo la prohibición de las autoridades de que vuelvan a congregarse en ese punto.
Y es que la Policía desalojó la semana pasada de este mismo lugar a los deportistas que protestaban de manera pacífica, arrestando y empleando una violencia desmedida contra varios de ellos que fue duramente condenada por el Comité Olímpico Internacional (COI) y otros organismos internacionales.