"Tengo la certeza de que puedo jugar con quien sea. No miro el físico de mi rival, si es la número uno o la dos, de un país o de otro. Sólo me concentro en mi juego", aseguró la deportista este viernes en entrevista con Efe.
En los juegos regionales de Santo Domingo, Mery Delgado ganó bronce en doble con su compatriota Alejandra Jiménez, pero será más recordada porque se convirtió en la primera en ganarle un set a Montse Mejía desde que la mexicana es la número uno del mundo.
"Estuve cerca de ganarle otro pero estoy más concentrada en superarme a mi misma", explicó la joven de 26 años.
Delgado posee un saque afilado y una rara habilidad para ejecutar golpes cuando la pelota llega muy rápida, pero es con su capacidad de lucha casi animal con la que ha tuteado en Santo Domingo a varias de las mejores del mundo.
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"Hace cinco años gané bronce en individuales; son diferentes sensaciones. La medalla de esta vez tiene mucho valor porque hace tres años que no nos entrenamos como se debe; venimos de una pandemia y hasta hace poco estaban arreglando las canchas, aunque hemos trabajado duro", asegura.
Es una caribeña atípica, tímida y no sabe bailar, aunque eso cambia cuando entra a la pecera sin agua que es la cancha de raquetbol. Allí parece que le brotan colmillos y muerde con un espíritu de lucha que hace recordar al tenista Rafa Nadal, ganador de 22 torneos Grand Slams.
"Es mi jugador favorito, pero no pierdo tiempo en compararlo con Federer o con Djokovic; son los tres mejores de la historia y cada uno tiene lo suyo. De las mujeres, simpatizo con la polaca Iga Swiatek", revela.
A diferencia de mexicanas y guatemaltecas, reinas del raquetbol en Centroamérica y el Caribe, Merynanyelli no tiene apoyos para participar en el circuito profesional, por eso es más meritorio que no haya desentonado ante las principales jugadoras del mundo.
"Si jugara el tour profesional la historia sería diferente porque cuando te fogueas con los de alto rendimiento, el nivel aumenta. La diferencia aquí es que ellas tienen mucha experiencia"; dice en referencia a las favoritas del cuadro principal, colocadas entre las 12 mejores del mundo.
Como sucede con muchas figuras de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, la dominicana sólo conoce un camino, el del trabajo duro. Salió de abajo, pero sacó un título universitario de técnica de alimentos y en el deporte persiste, a pesar de siempre jugar con el viento en contra.
Nacido en Bolivia, Ricardo Monroy es un entrenador con una idea humanista del entrenamiento. Al hablar de Merynanyelli la reconoce uno de sus mayores retos como estratega porque se trata de una competidora con criterio, que cuestiona si no entiende y no es fácil de convencer.
Eso explica que la jugadora sea tan dura ella misma y en la cancha juegue como si estuviera en el último partido de su vida, una ilusión porque es una mujer joven, sana, a la que le quedan muchos golpes de raqueta.
"Probablemente un día sea una viejita de 80 años y siga jugando, pero entonces será sólo para cuidar mis articulaciones", dice y uno imagina que de anciana Merynanyelli Delgado por fin dejará de ser una fiera salvaje en la selva del raquetbol o quizás lo seguirá siendo, pero domesticada.
